Naciones Unidas reabrió este martes su oficina permanente en la capital de Somalia, que aún está marcada por la guerra, luego de 17 años de ausencia.

“Estar en Mogadiscio nos permitirá trabajar más estrechamente con las instituciones transicionales federales, las agencias de la ONU, las ONG que tienen base allí, la sociedad civil y los somalíes ordinarios”, dijo Augustine Mahiga, representante de la ONU ante Somalia.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, anunció el retorno del organismo internacional cuando realizó una visita sorpresa a Mogadiscio en diciembre.

Las Naciones Unidas y los países occidentales están tratando de ayudar al débil y dividido gobierno de transición somalí para establecer un firme manejo de la nación que lucha contra los militantes islamistas.

Cientos de militares de las fuerzas de pacificación de la Unión Africana que defienden el gobierno han sido asesinados en los últimos años en la batalla contra el grupo Shebab.

El último representante permanente de la ONU en trabajar en Mogadiscio abandonó el país en 1995.

Somalia continúa siendo uno de los países más peligrosos del mundo. La capital ha visto un incremento de los ataques con bombas a pesar de la retirada de la milicia islamista a finales de agosto.

El vocero de Naciones Unidas, Martin Nesirky, dijo que la ONU esperaba que otras agencias y organizaciones seguirían el ejemplo del organismo y retornen a Mogadiscio.

“Este traslado demuestra el fuerte compromiso de la ONU para trabajar junto al pueblo somalí y sus líderes en la construcción de la paz, la estabilidad política y un futuro esperanzador”, dijo Nesirky.

Ban rindió “homenaje a los esfuerzos y sacrificios del pueblo somalí y la misión de la Unión Africana en Somalia que hicieron este traslado posible”, dijo el vocero.