Dos nuevos cadáveres de víctimas del naufragio del “Costa Concordia” fueron hallados en el crucero este lunes, diez después de la tragedia, mientras se espera que el martes se inicie el bombeo del combustible.

“Hemos encontrado los cuerpos de dos mujeres en el puente número 4, cerca del cibercafé. Esto eleva el balance de muertos a 15″, dijo el comisario del gobierno encargado de gestionar la catástrofe Franco Gabrielli, en conferencia de prensa en la isla italiana del Giglio, donde el “Concordia” naufragó hace diez días.

Gabrielli, que también es jefe de la Protección Civil italiana, añadió que “los dos cuerpos han sido extraídos del buque, y no están identificados. He pedido que sean identificados lo antes posible”.

De los 15 cadáveres hallados, sólo ocho han sido identificados por el momento (un español, un italiano, un alemán, un húngaro y cuatro franceses). Siguen desaparecidas unas veinte personas, entre ellas varios alemanes, una pareja de franceses, dos jubilados estadounidenses y una niña italiana.

Tras haber reunido las opiniones de los expertos, Gabrielli dio luz verde al tan esperado inicio del bombeo de combustible.

Las actividades de bombeo y de búsqueda de los desaparecidos al ser “absolutamente compatibles, di orden de iniciar la actividad de bombeo”, dijo Gabrielli.

Este bombeo debería durar “28 días sin interrupción”, según el almirante Ilarione Dell’Anna, uno de los responsables de las operaciones. El bombeo debe ocurrir antes de una eventual reflotamiento de la nave o su desguace.

El bombeo comenzará por las cisternas exteriores, y el combustible, ahora muy pesado, deberá ser calentado para que pueda ser extraído.

Bart Huizing, de la sociedad holandesa Smit Salvage, encargada de esas operaciones, precisó que “si es posible, se iniciará mañana (martes)”.

Los buzos de la Armada italiana abrieron el lunes una gran brecha entre el puente 4 y el puente 5, cerca de la zona de los restaurantes, constataron los periodistas en el lugar.

Las búsquedas en el barco, efectuadas en condiciones muy difíciles según los buzos, progresan lentamente debido al tamaño del buque, largo como tres estadios de fútbol, alto como un edificio de 20 pisos y de 114.500 toneladas.

Según los socorristas, la posibilidad de encontrar sobrevivientes están reducidas al mínimo, 10 días después de la catástrofe. Un buque oceanográfico con cámaras de alta definición debe llegar pronto para explorar el fondo marino a la búsqueda de cuerpos eventualmente bloqueados debajo del “Concordia”.

Paralelamente, continúa la investigación para determinar la responsabilidad exacta del capitán del buque, Francesco Schettino, en el accidente.

Poco antes de ser detenido luego del naufragio, el capitán se habría reunido con una “elegante rubia” a quien le habría entregado su ordenador personal. Según la prensa italiana sería una abogada vinculada a la empresa propietaria del buque, Costa Crociere, pero la compañía desmintió “categóricamente” haber recibido “algo de Schettino” después del accidente.

Por otra parte, la ligereza del capitán en el momento del accidente continúa suscitando interrogantes. Cuando el barco gigante chocó con un arrecife, lo que provocó el naufragio, estaba en el puente con varias personas que no deberían haber estado allí, según la prensa, como el “maître d’hotel” Antonello Tievoli, a quien le quería mostrar la isla de la que es oriundo.

El pequeño grupo habría intercambiado bromas, lo que le habría impedido al capitán concentrarse cuando el buque iba demasiado rápido (15 nudos). Luego, cuando la gravedad del accidente era evidente, Schettino se habría retirado brevemente a su camarote.

La prensa italiana insistía también en el hecho de que el ‘saludo’ del barco a la costa habría sido previsto y autorizado por Costa Crociere antes de la partida del buque de Civitavecchia, lo que la compañía niega.

Gabrielli dijo también temer que la lista de desaparecidos sea más larga y citó el caso de una húngara, reclamada por su familia, que habría estado a bordo del buque invitada por un miembro de la tripulación, pero que no habría sido registrada.

Sin embargo, el ministerio de Relaciones Exteriores húngaro indicó este lunes que el nombre de la presunta húngara clandestina correspondía al de una persona muerta hace tres años.