La Corte Suprema ratificó la absolución de un médico y un tecnólogo médico en caso del delito sanitario y tráfico de sangre. La irregularidad afectó a un total de 13 niños que padecían cáncer y que fueron infectados con hepatitis B.

La segunda sala, del máximo tribunal del país, en un fallo dividido, rechazó el recurso de casación presentado en contra del fallo de la Corte de Apelaciones de Santiago que absolvió al tecnólogo médico, Miguel Manosalva Castillo, y al médico Juan Quintana Bustos por la infección de 13 personas con el virus de la hepatitis B.
 
En la sentencia se ratificó que existen evidencias que permitan demostrar que la contaminación con el virus se produjo en la clínica del médico Quintana Bustos, lugar hasta donde el tecnólogo médico Manosalva Castillo llevaba hemoderivados del Banco de Sangre del Hospital Salvador.
 
En el fallo se indica que pese a ello, “No es posible imputar mera negligencia al acusado si no se ha logrado comprobar el origen y medio de propagación del brote infeccioso a los pacientes”.

Ante ello, el abogado de una de las familias de los niños infectados, Roberto Celedón, señaló que los afectados proveían de diversas ciudades en el país a tratarse problemas de cáncer a la clínica de Quintana, y resultó que todos fueron contagiados con hepatitis B, por tanto allí estaba el foco infeccioso.


 
La sentencia se adoptó con el voto en contra del ministro Jaime Rodríguez, quien fue partidario de sancionar al médico Juan Quintana por mantener una clínica oncológica sin autorización sanitaria.