La inquietante advertencia que realizó el Banco Mundial sobre Chile, respecto de su fragilidad ante la crisis en Europa, fue considerada por expertos como aventurada.

Chile tiene un flanco débil en su economía debido a su alta exposición a los flujos financieros internacionales, los problemas del sector bancario español y la variación del precio del cobre, aseguró la semana pasada el Banco Mundial.

El debilitamiento de la demanda interna y externa llevó a la institución a reducir sus previsiones de crecimiento para el país pasando de un 5% a solo un 4,1% para este año.

Las declaraciones del Banco Mundial fueron tomadas con excepticismo por analistas y economistas nacionales, pues Chile desde hace mucho tiempo es una economía abierta y diversificada que exporta sus productos a las economías americanas, europeas o asiáticas y la baja de uno de esos mercados, según el economista Marcel Claude, tendría un impacto menor en el sector exportador y aún menor en la población.

Políticamente la advertencia no fue indiferente. Para el presidente del Partido Progresista, Marco Enriquez Ominami, el Gobierno no debiera sentirse blindado, ni relajarse ante este comentario y la baja en la proyección de crecimiento, pues economías sólidas como la francesa se encuentran en apuros.

Para la decana de la facultad de Economía de la Universidad Mayor, Verónica González, Chile no está en riesgo financiero pues tiene reservas importantes de dinero y una producción de cobre en aumento y a un precio estable.

Un concepto en común manejan los expertos ante la advertencia del Banco Mundial: la preparación, a través de la diversificación de mercados.

Sin embargo, difieren respecto los efectos del anuncio. Para Marcel Claude, esta noticia sirve de barrera al Gobierno ante las demandas sociales que se esperan para 2012; mientras que para la decana de economía es un llamado a la prudencia en este tipo de exigencias.