El Banco Mundial rebajó este martes sus previsiones de crecimiento mundial para 2012 al 2,5%, un recorte de 1,1 puntos porcentuales respecto a sus proyecciones de junio pasado.

Los problemas de deuda sin resolver en la zona euro y en los países ricos en general amenazan con generar más inestabilidad en los países emergentes, advirtió el informe.

La economía mundial creció un 2,7% en 2011 y debería recuperar un buen ritmo en 2013, con un 3,1%.

América Latina crecerá un 3,6% como promedio en 2012 respecto al 4,2% estimado en 2011 por el Banco.

“Los ingresos de muchos países de la región se han beneficiado de altos precios de las materias primas, y las perspectivas futuras serán vulnerables” al declive del crecimiento mundial, explica el texto.

“El crecimiento más bajo en países de alto ingreso y en China dañará las exportaciones, mientras que los costes de crédito y el capital internacional, más escaso, afectará al consumo privado y a la inversión”, explica el informe.

Brasil crecerá un 3,4%, México un 3,2%, Argentina un 3,7%.

En general, todos los países en desarrollo “deben prepararse para más riesgos de regresión económica, ya que la crisis de la deuda de la zona del euro y el frágil crecimiento de diversas economías emergentes están oscureciendo el panorama a nivel general”, advierte el texto.

Ese grupo de países de ingreso medio, entre los que destacan China, India y Brasil, crecerán un 5,4% mientras que los países de ingreso alto ostentarán una tasa del 1,4%.

La zona euro registrará un crecimiento negativo, del -0,3%, una drástica caída respecto al 1,9% pronosticado en junio de 2011.

“Los países en desarrollo deben evaluar sus vulnerabilidades y prepararse para más crisis, mientras todavía hay tiempo”, advirtió Justin Yifu Lin, primer vicepresidente de Economía del Desarrollo del Banco, citado en el texto.

Esos países deben empezar a buscar el financiamiento anticipado para sus déficits presupuestarios y dar prioridad al gasto social e infraestructura.

El Banco propone igualmente que los países en vías de desarrollo empiecen a obligar a sus bancos a efectuar “tests” de resistencia, para comprobar el estado de sus cuentas.

El riesgo soberano de esos países ya ha empezado a aumentar, en 45 puntos básicos de promedio, a causa de la inestabilidad imparable en la zona euro.

El flujo bruto de capital hacia estos países cayó hasta los 170.000 millones de dólares en el segundo semestre de 2011, inferior a los 309.000 millones que recibieron en el mismo período de 2010.