“Esperando a Godot”, tragicomedia escrita por Samuel Beckett, Premio Nobel de Literatura en 1969, poeta, novelista, crítico y destacado dramaturgo irlandés, escribió la obra en los años 40 después de la segunda guerra mundial y la publicadó en 1952. Es presentada por el Teatro Nacional Chileno, en el marco del Festival Internacional Santiago a Mil 2012.

Beckett es uno de los representantes más importantes del llamado teatro del absurdo, su obra es un fiel reflejo de ello, se basa en un concepto de devastación, el autor se va en un viaje al interior de los seres humanos.

La puesta en escena es una adaptación de Raúl Osorio, con la interpretación de Miguel Ángel Bravo, Roberto Farías, Pablo Teillier, Rodrigo Muñoz-Medina, Joaquín Riquelme, quienes cuentan una historia en donde se cruzan sensaciones de soledad, abandono y desamparo.

Para conocer más de cerca como ha sido el proceso de creación y de montaje en nuestro país de este clásico de la literatura, nos juntamos con Vladimir, interpretado por Miguel Ángel Bravo, quien le da vida al personaje, nos recibió tras bambalinas del Teatro Antonio Varas.

Esta obra ha sido alabada por la crítica internacional y catalogada como excepcional, ¿Cómo actor, qué importancia tiene hacer una obra de Beckett?

No cualquiera hace una obra de este afamado dramaturgo, podré colocarlo en mi curriculum que en algún momento de mi vida de actor, protagonice un personaje tan importante como Vladimir.

¿Cómo se fue creando esta historia?

El Director Raúl Osorio, en conjunto con Catalina Bianchi, trabajó en la adaptación de la obra y buscaron a dos actores de comedia para que interpretaran a estos dos vagabundos y me llamaron junto a Roberto Farias. Aunque yo soy un actor antiguo y olvidado… (rie)

Durante el proceso de maquillaje el actor va creando, va tomando la esencia, de un personaje con características de Clowns, ¿Cómo son estos personajes?

Son clown, que durante la historia han tenido mutaciones, trabajan la comedia de carácter europeo. En realidad no se sabe si realmente son dos vagabundos, el dramaturgo coloca ciertas claves que se entiende que lo son, pero en realidad es el público que debe sacar sus propias conclusiones.

La historia de estos personajes muestra el cómo están desamparados y esperando a un Godot que no llega. ¿Lo puedes explicar?

.Están juntos mirando como pasa el tiempo, llevan más de 50 años de su vida esperando que llegue Godot. Todos los días ocurre lo mismo, esperan y esperan pero no llega y nunca llegará.

¿Por qué esperar tanto?

Porque esperan que llegue alguien ayudarlos a cambiar, dejar esa soledad que uno se encuentra en su propio interior.

¿Tiene relación con la sociedad actual?

Si. La obra es un viaje al interior del ser humano, donde vemos nuestra propia soledad, nos automarginamos. La obra es un espejo de la sociedad que estamos viviendo.

¿Qué situación de esta sociedad se reflejan en esta historia?

La desaparición de la identidad, el golpe militar y el miedo de la población, el viaje al interior que no puedo moverme. Es vigente porque la gente no quiere hacer nada por si mismo y esperan que alguien les diga que hacer. Es trágico pero esto ocurre en la vida real.

¿Quien es Godot hoy?

Una persona que pudiera resolver todos los problemas, alguien que cumple lo que promete. Godot es el que todos anhelamos ser por dentro. Algunos dicen que es Dios, pero según Beckett, si hubiese querido que fuera Dios lo hubiera colocado. Es un personaje del cielo.

Esperando a Godot, esta dentro del teatro del absurdo ¿Cuáles son los elementos que la llevan ha estar dentro de esta categoría?

En el teatro del absurdo se trabaja más el concepto, en la obra esta la soledad inmensa, los personajes es tan autoolvidados, la misma escenografía se puede ver. Es solo un árbol, en medio de la nada, es un viaje al interior de los seres humanos, la soledad en que uno se encuentra. El teatro del absurdo es un viaje del autor, un viaje hacia el interior de la humanidad. La obra es muy cómica, dos viejos que esperan, matan su tiempo, sus diálogos son inconexos, pero por debajo hay un gran drama, la tragedia, que es la espera que llegue alguien para que puedan moverse.

En tu rol de actor, ¿Cuanto te costo prepararse?

Raúl se encargo de hacer la adaptación, el quiso hacer una comedia pero por debajo el drama. Mi personaje Vladimir, lo tuve que armar con la búsqueda de sensaciones, iba haciendo los movimiento de los personaje y después el texto.

Como actor viejo busque hartas sensaciones (34 años de carrera) y nace un Vladimir con una voz especial, existencial que vive recuperando cosas, recupera la memoria, es quien lleva la batuta, es el protector, sufre de la vejiga (contención urinaria), los personajes están enfermos, se pertenecen el uno al otro, se aman hasta a morir , uno no puede vivir sin el otro, los dos se necesitan.

¿El público como ha tomado esta versión de la Obra?

Muy bien, pero reconocen una angustia muy grande, se dan cuenta pueden ser parte de quienes se encuentran estancados en la vida, el gran porcentaje de la población se autoabandona en la rutina, nos estresamos, no somos felices, vamos detrás de una estabilidad económica. Internamente soy un Vladimir, que no hago nada por cambiar.
Con la sala llenas de público en cada presentación la obra ha sido estrenada por segunda vez, bajo el marco del Festival Internacional Santiago a Mil, en el teatro Antonio Varas.

Éste fin de semana termina su temporada Esperando a Godot, una tragicomedia que en esta versión es una, pero el drama esta presente de igual manera.

Por Verónica Araya