La policía británica investigará las denuncias formuladas por dos hombres que acusan al Reino Unido de haberles entregado al antiguo régimen libio, convirtiéndose en cómplices de los presuntos malos tratos que sufrieron, anunciaron este jueves las autoridades.

En un comunicado conjunto, la Fiscalía de la Corona y Scotland Yard explicaron que las acusaciones en estos dos casos son “tan serias” que obliga a examinarlos ahora, sin esperar a las conclusiones de la investigación encargada por el gobierno en 2010 sobre la presunta implicación de agentes secretos británicos en torturas de sospechosos en el extranjero tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.

Aunque las autoridades no precisan las identidades de estos dos hombres, la organización de derechos humanos Reprieve los identifica como Abdelhakim Belhaj, actual jefe del Consejo Militar de Trípoli, y Sami al Saadi.

Belhaj, ex líder del opositor Grupo Islámico Combatiente, demandó en diciembre al Reino Unido alegando que agentes británicos fueron presuntamente cómplices en 2004 de su detención en Tailandia y entrega a Libia, donde pasó seis años en una cárcel del régimen del derrocado Muamar Gadafi.

Los abogados de Belhaj, ex líder del opositor Grupo Islámico Combatiente, afirman que durante el periodo que pasó en “una de las prisiones más crueles” de Libia fue interrogado por agentes británicos.

Además, la policía y la fiscalía revelaron el jueves que ningún agente del MI5 o del MI6, los servicios de inteligencia interior y exterior británicos, será acusado de complicidad en torturas presuntamente cometidas en el extranjero contra otros dos hombres detenidos en Afganistán y en Pakistán, respectivamente.

El examen de ambos casos reveló “pruebas insuficientes”, precisó el comunicado.

El caso más conocido es el del etíope residente en Reino Unido Binyam Mohamed. Este sostiene que un miembro del MI5 proporcionó las preguntas durante los interrogatorios, acompañados de torturas, que presuntamente sufrió en un lugar secreto de Marruecos tras su detención en Pakistán en 2002, antes de ser encerrado durante cuatro años en Guantánamo.

Además, se establecerá una comisión para estudiar otros casos presentados por ex presos de Guantánamo, 16 de los cuales –incluido Binyam Mohamed– han recibido indemnizaciones por parte del gobierno.