El número 4 mundial, el británico Andy Murray, cabeza de serie número 1, se impuso este domingo por 6-1 y 6-3 al ucraniano Oleksandr Dolgopolov (N.3) y se llevó el trofeo de tenis ATP de Brisbane, en una final que duró 65 minutos.

Bajo la atenta mirada de Ivan Lendl, el ex jugador checo convertido en su entrenador, Murray confirmó su buen momento a una semana del Abierto de Australia, el primer torneo de Grand Slam del año, en el que fue finalista dos veces en los dos últimos años.

El escocés de 24 años espera que su nueva colaboración con Lendl le permita ganar por fin su primer ‘grande’ del tenis mundial.

Este domingo Murray no tuvo piedad con su adversario, el ucraniano Dolgopolov, de 23 años, el mismo jugador que le había obligado a jugar cuatro sets el año pasado en cuartos de final del Abierto de Australia, pero que esta vez llegaba a la final con problemas en los aductores.

“Serví bien. En el segundo set el partido fue más disputado pero mantuve la concentración. Luego Dolgopolov hizo algunos buenos golpes y marcó algunos puntos pero nunca me dejé desestabilizar”, dijo Murray tras la victoria.

El británico le rompió el saque dos veces en la prima manga, no perdió ningún punto en sus tres primeros juegos y ganó el set en 26 minutos.

En el segundo se puso rápidamente 4-0 antes de que Dolgopolov remontara a 4-3 pero Murray se recuperó y terminó ganando 6-3 para llevarse la final, en el que fue el triunfo número 22 de su carrera en el circuito ATP.

Una victoria merecida, más teniendo en cuenta que Murray había empezado muy mal la semana y estuvo a punto de ser eliminado en la segunda vuelta por el Luxemburgués Gilles Muller. “Pero luché y luego hice tres muy buenos partidos”, recordó.

Por su parte Dolgopolov no dudo en pedir perdón al público por su “tenis aburrido” y explicó que se había lesionado los aductores en la semifinal que jugó contra el francés Gilles Simon.

“No podía mover mi pierna derecha y sólo intenté hacerlo lo mejor que pude sin abandonar”, dijo.