En uno de los desiertos más secos del mundo, el desierto de Atacama, en el norte de Chile, los pilotos de la 33ª edición del rally Dakar retomaron el sábado los volantes y manillares, después de la cancelación de la sexta etapa a causa de la abundante nieve que cayó sobre los Andes, entre Argentina y Chile.

El menú de esta séptima etapa, ganada en motos por el español Marc Coma por delante de su compañero de equipo, el francés Cyril Despres, que conserva el liderato de la general, tenía un circuito de 573 km, incluidos 419 de especial cronometrada en montañas, colinas y valles de arena gigantes.

Desde que empezó la competición en Mar del Plata el 1 de enero, no se ha visto tantos espectadores y aficionados a los deportes de motor, reunidos a lo largo de una especial.

Llegaron en 4×4, motocicletas o ‘quads’, y surgen de repente de la nada en la inmensidad del silencio para instalarse en grupos para tener las mejores vistas y ametrallar a los corredores con imágenes y ánimos.

Kilómetro 254: la vista al infinito lleva a un encadenamiento de cumbres hasta el infinito, que en función de los reflejos del sol ofrece una gama de colores que van desde el blanco nieve al marrón, del beige al ocre y al malva.

Una primera nube de polvo a lo lejos anuncia la llegada de las primeras motos. Pero para ellos el plural se limita a 2, a los líderes indiscutibles, el francés Cyril Despres y el español Marc Coma, que casi rueda a rueda, atacan una cuesta empinada, pasando por una especie de paso entre las dunas y sumergiéndose en una fuerte bajada de arena blanda.

¡No hay nada que hacer! Aunque cabalgan sobre las mismas cilindradas que sus competidores (450 cm3), tiene una enorme ventaja de cerca de un cuatro de hora sobre sus inmediatos perseguidores.

Un poco más adelante, en una zona de aprovisionamiento, llega el héroe local, el chileno Francisco López Contardo, sobre su Aprilia en muy mal estado, con el faro y la protección delantera rotas.

Minutos antes ha sufrido una fuerte caída y recibe atención médica. El emocionada público se abalanza sobre él y trata de animarlo, con la bandera chilena y cantando “¡Chi, Chi, Chi …. le, le, le …. Viva Chile!”.

El piloto, está agotado, pero quiere continuar y lo hace, llega hasta la meta, pero el golpe sufrido en la pierna derecha lo obliga a abandonar.

“Lo lamento por la gente que vino a verme y que estaba entusiasmada. Por mi parte decidí no seguir. Siento mucho dolor, era una lesión que venía arrastrando y lo más prudente es no continuar”, afirma el corredor chileno, quien cumplía su tercera participación en el Dakar.