El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, manifestó por teléfono al vicepresidente norteamericano, Joe Biden, su inquietud ante la crisis política entre sunitas y chiitas iraquíes, que podría convertirse en una guerra religiosa, indicó el sábado una fuente turca.

Erdogan llamó el jueves a Biden y le señaló el creciente autoritarismo en Irak –dirigido por el primer ministro Nuri al Maliki, un chiita–, una nación de la cual se retiraron los últimos soldados norteamericanos el 18 de diciembre, dijo a la AFP una fuente vinculada al gobierno turco.

“Una eventual inestabilidad en el país vecino afectaría también a Turquía, así como a toda la región”, subrayó Erdogan a su interlocutor, afirmando que “Turquía desea ver en Irak una democracia fuerte y estabilidad”, indicó la misma fuente.

El conflicto en Irak se declaró cuando el bloque parlamentario Iraquiya, apoyado por los sunitas, denunció en términos muy fuertes los métodos autoritarios de Nuri al Maliki.

El vicepresidente iraquí, Tarek al Hashemi, un sunita apoyado por Turquía, es acusado por Al Maliki de haber organizado los atentados. Se refugió en el Kurdistán iraquí para escapar a una orden de arresto, y de acuerdo con la prensa, el gobierno turco le propuso recibirlo.

Antes de iniciar una visita a Irán, el canciller turco, Ahmed Davutoglu, se refirió esta semana al peligro de una “guerra fría” religiosa en Medio Oriente, y sostuvo que su país está decidido a impedir ese conflicto.