Seis intelectuales y artistas cubanos advirtieron en un foro convocado por una revista católica que la próxima Conferencia del Partido Comunista (PCC, único) es la última oportunidad de la dirigencia histórica de la revolución para democratizar la sociedad cubana.

La Conferencia Nacional, primera en medio siglo y convocada para el 28 de este mes, debe armonizar el papel rector del PCC en la sociedad, atribuido por la Constitución, con las 300 reformas del presidente Raúl Castro aprobadas en abril por su VI Congreso, para “actualizar” el agotado modelo económico que, como el PCC, es de corte soviético.

Este cónclave comunista es “la última oportunidad” de la generación histórica “de acometer reformas profundas y duraderas”, opinó Lenier González, coeditor de la revista ‘Espacio Laical’ del arzobispado de La Habana, que publica el debate.

Para González, “el redimensionamiento y democratización interna del PCC -con el consecuente ensanchamiento de la participación ciudadana- es el gran tema pendiente de la agenda del presidente Raúl Castro. Y en ello podría radicar el éxito de su mandato”.

Con vistas a la Conferencia, el PCC publicó un documento base de 96 puntos que fue recibido fríamente por la sociedad, toda vez que, según los participantes en este foro, margina los problemas urgentes de la sociedad cubana, agobiada por dos décadas de crisis económica tras el fin de la ayuda soviética.

El documento resulta “viejo”, según el poeta y ensayista Víctor Fowler, mientras que para González, “parece sacado del pasado, con un leguaje francamente conservador, exponente de un dogmatismo que, a ratos, asusta”.

Sometido al estudio de los 800.000 militantes del partido en 65.000 reuniones, según información oficial, 78 de las 96 propuestas iniciales fueron modificadas y otras cinco agregadas. Pero los cambios sólo se sabrán después de la Conferencia.

Para el periodista Alexis Pestano, la primera tarea del PCC es “retomar” el papel rector, opacado durante décadas por el estilo de gobierno “personalista y caudillista” de Fidel Castro, alejado del poder por enfermedad en 2006, “que violentaba los mecanismos propios de la burocracia partidista”.

La segunda tarea, y en ello coinciden otros participantes en el foro, es el que el PCC debe democratizarse internamente y abrirse al resto de la sociedad, dando participación popular en la decisión del rumbo a seguir y la forma de hacerlo.

“Si el Partido Único ha de seguir existiendo por un tiempo, deberá ser sobre la base de su democratización interna, abrirse al debate de posiciones y construcciones e ideas, a la legitimización de las corrientes de opinión en su interior y a una participación masiva abierta”, opinó el investigador social Ovidio D’Angelo.

Orlando Márquez, director de la revista católica ‘Palabra Nueva’, recordó que el dilema de los antiguos partidos comunistas en el poder, desaparecidos en Europa del Este, “fue su incapacidad de adaptar o acomodar las decisiones políticas a las necesidades económicas”.

Pese a sus críticas, los participantes en el foro esperan que la Conferencia signifique un avance, pues de lo contrario las consecuencias políticas en la sociedad serán “serias”.