Las autoridades en Egipto instalaron el viernes un imponente dispositivo de seguridad para garantizar la protección de las iglesias, en momentos en que los cristianos coptos se disponen a celebrar la primera Navidad post-Mubarak en presencia por primera vez de grupos islamistas.

“El ministerio del Interior ha preparado un importante plan de seguridad en cooperación con las fuerzas armadas para proteger todas las iglesias de Egipto en Navidad”, indicó un responsable.

Los policías y los soldados fueron desplegados delante y alrededor de los lugares de culto cristiano, y los fieles debía someterse a controles de seguridad, precisó.

El 1 de enero de 2011, más de 20 personas fueron muertas a la salida de una misa del año nuevo en Alejandría, la segunda ciudad del país, en un atentado que no fue reivindicado.

En enero de 2010, seis coptos fueron muertos a balazos a la salida de una misa de Navidad en Alto Egipto.

Por primera vez, grupos islamistas propulsados a los primeros planos de la escena política después de la caída del régimen de Hosni Mubarak, derrocado en febrero de 2011 por una revuelta popular, asistirán a la misa de Nochebuena en El Cairo. Esta será celebrada por el patriarca Chenuda III.

La poderosa cofradía de los Hermanos Musulmanes, durante largo tiempo prohibida durante el régimen de Mubarak, debe enviar al número 2, Mahmud Ezzat. La rama político del grupo. el Partido de la Libertad y la Justicia, será representada por su jefe Mohamed Mursi, según el movimiento.

La semana pasada, los Hermanos musulmanes anunciaron haber “formado comité para proteger las iglesias para que las manos del pecado no arruinen las festividades como lo hicieron en varias ocasiones durante el antiguo régimen”.

Los coptos, o cristianos de Egipto, representan 6 a 10% de los casi 82 millones de egipcios y constituyen la comunidad cristiana más numerosa de Oriente Medio. Se estiman víctimas de discriminaciones, y han sido objetivo de varios ataques mortíferos en los últimos años.

La victoria anunciada de los Hermanos Musulmanes en las primeras legislativas post-Mubarak, así como el avance de los partidos salafistas ultraconservadores, han provocado nuevas inquietudes entre los coptos.