Más de 3 mil personas perdieron la vida en la violencia interétnica la semana pasada de Sudán del Sur, en un balance que podría constituir la peor matanza en la historia de este joven Estado, debilitado por las rivalidades tribales.

“Hemos contado los cadáveres y hemos calculado en esta etapa que 2 mil 182 mujeres y niños, así como 959 hombres, fueron muertos”, afirmó Joshua Konyi, jefe de la administración de la región de Pibor, una localidad situada en el Estado de Jongley, fronterizo con Etiopia.

Este balance no fue confirmado por otra fuente. La última estimación de Naciones Unidas era de decenas y “quizás” cientos de muertos.

Desde años, enfrentamientos y venganzas oponen dos tribus en esta zona del este del país, los Lu Nuer y los Murle, provocando numerosas víctimas.

Los conflictos interétnicos constituyen uno de los principales desafíos que enfrenta la joven nación de Sudán del Sur, que accedió a la independencia en julio pasado.

Los enfrentamientos han sido exacerbados por dos décadas de guerra civil entre el norte y el sur de Sudán, que alimentó las rivalidades históricas entre las diferentes tribus, que a veces han sido instrumentalizadas por Jartúm.

Sólo en el Estado de Jonglei, los ataques de campamentos para robar cabezas de ganado y las operaciones de represalia hicieron más de 1 mil 100 muertos en 2011 y obligaron a una 63 mil personas a abandonar sus aldeas, según un informe de la ONU.

En agosto, al menos 600 personas murieron y 985 quedaron heridas durante ataques de los Murle contra aldeas de los Lu Nuer.

Como venganza, unos 6 mil jóvenes armados de Lu Nuer fueron a la localidad de Pibor y sus alrededores, poblados por sus rivales, retirándose sólo cuando el ejército del Sudán del Sur disparó.

“Hubo asesinatos en serie, una matanza”, informó Konyi, que es un Murle. Según dijo, más de mil niños están desaparecidos, sin duda secuestrados por los Lu Nuer y decenas de miles de cabezas de ganado fueron robadas.

“Efectivamente hubo víctimas, pero no disponemos de precisiones y en este momento no podemos confirmar lo dicho por el jefe de la administración local”, comentó el ministro de Información del Estado de Jonglei, Isaac Ajiba, interrogado por la agencia AFP.

El portavoz del ejército de Sudán del Sur, Philip Aguer, también dijo que esperaba los informes de sus soldados en la región, afirmando que “era necesario ir a las aldeas y contar todos los cadáveres para que el balance fuera creíble”.

Por su parte, los Cascos Azules y el personal de la misión de la ONU en Sudán del Sur (MINUS) “vieron varias docenas de cadáveres” sólo en la ciudad de Pibor, indicó el jueves el jefe de las operaciones de mantenimiento de la paz, Hervé Ladsous.

Desde ya, el gobierno calificó el Estado de Jonglei de “región damnificada” y llamó a las dos tribus a “devolver a todas las mujeres y niños secuestrados por ambas partes”.