La Unión Europea subrayó este jueves que sus leyes deben ser respetadas y no serán modificadas, tras el rechazo de China a pagar por las emisiones de dióxido de carbono (CO2) que generan sus aerolíneas en el continente europeo.

“Si quieres operar en Europa debes respetar la ley”, afirmó Isaac Valero-Ladrón, portavoz de la comisaria europea a cargo del Cambio Climático, Connie Hedegaard.

La ley europea -cuya entrada en vigor estaba prevista para el 1 de enero- incluye a la aviación en el sistema de derechos de emisiones (ETS) europeo, obligando a los aviones, sea cual sea su nacionalidad, a comprar el equivalente de un 15% de sus emisiones de CO2 que liberen a la atmósfera, en el marco de la lucha contra el calentamiento global.

Pero China anunció este jueves que “no cooperará” con la ley y advirtió que estudia medidas de represalia.

“Esta ley no será modificada y no viola ninguna legislación internacional o de soberanía”, aseguró el portavoz de Hedegaard en rueda de prensa.

“Si quieres abrir un negocio en Europa, como abrir un restaurante o cualquier cosa, debes cumplir con las reglas sanitarias y de seguridad. Esto es lo mismo”, señaló.

La ley prevé multas de hasta 100 euros para las aerolíneas por cada tonelada de CO2 que emitan e incluso contempla la posibilidad de prohibir vuelos en la Unión Europea. Pero si los países toman medidas similares a las europeas para reducir la contaminación atmosférica, podrían quedar exentos de pagar.

Europa “da a los países la opción de reducir a su manera la polución por emisión de CO2 de la aviación. Los países que tomen medidas similares a las de la UE podrán quedar exentos” de pagar por el dióxido de carbono que generen, afirmó.

“A nosotros no nos sirve el argumento ‘no nos gusta la medida, pero del lado nuestro no estamos haciendo nada’” para reducir las emisiones, dijo el vocero.

Países como Estados Unidos, Brasil o México han expresado su oposición a la medida aduciendo que perjudica a sus vuelos de largo recorrido, y reclamaron que al menos, sus compañías sólo paguen por los gases liberados mientras sobrevuelan territorio europeo.