Ya son más de 24 mil las hectáreas que ha consumido el gigantesco incendio forestal sólo en la provincia de Ñuble. Las zonas más críticas siguen siendo sectores aledaños a las comunas de Quillón y Ranquil.

Algunas zonas que todavía tienen complicaciones son el sector Santa Ana en Quillón y San Ignacio de Palomares en Ránquil.

La incertidumbre es total no sólo en la población, sino que también en las autoridades, ya que el fuego no da tregua y el viento cambiante hace imposible establecer una trayectoria de las llamas.

Los habitantes del sector Santa Ana en Quillón siguen preocupadas, esto debido a que hay focos que se reactivan y toman fuerza muy cerca de las casas, así lo contó Augusto Torres, quine viajó desde la capital para evitar que la casa de su madre se queme.

En la comuna de Ránquil también hay preocupación, el viento y el calor que supera los 35 grados han llevado las llamas hasta el sector de San Ignacio de Palomares, uno de los focos que tomó mayor fuerza durante la madrugada, así lo dijo su alcalde Carlos Garrido.

Pero también hay tiempo para la solidaridad, esto porque existen personas particulares que sin ningún interés, intentan ayudar con palas y picotas, a combatir las llamas. Así fue el caso de Matías Valenzuela, quien pasaba por el sector de Santa Ana en la comuna de Quillón y ante la petición no dudó en prestar ayuda.

Según se indicó desde la Onemi Regional del Bío-Bío, los puntos más críticos siguen siendo Santa Ana y Coyanco en Quillón, y se evalúa una posible evacuación en este último lugar.

Por otro lado, para hoy se espera la visita en terreno de la Seremi del Trabajo del Bío-Bío, Karina Vera, para constatar posibles irregularidades por parte de empleadores que no habrían dejado evacuar a sus trabajadores, así lo indicó el director regional de la ONEMI, Gonzalo Arroyo.

En la estadística, ya son más de 28 mil las hectáreas consumidas por la voracidad de las llamas a nivel regional. Respecto al siniestro de Quillón, el que se habría iniciado en el fundo Pichiqueime, son más de 24 mil las hectáreas consumidas. Además hay cientos de personas albergadas, más de 171 viviendas arrasadas por el fuego y más de un millar de personas que intentan apagar el fuego entre brigadistas, Bomberos y personal del Ejército.