La psicóloga educacional del Centro de Rendimiento y Apoyo al Estudiante de la Universidad San Sebastián, Evelyn Carrasco, dijo que los estudiantes, previo al ingreso a la educación superior, realizan de manera o menos consciente el proceso de decisión vocacional.

“La vocación es el resultado de una construcción personal histórica consciente e inconsciente. No es un ‘suceso’, sino un proceso complejo que se nutre de las experiencias desde los primeros días de vida. Es relevante entender que esta construcción es dinámica, se lleva a cabo a diario y nunca termina. Continuamente elegimos entre múltiples opciones vocacionales, en la escuela, en la Educación Superior y en la vida laboral”, expresó.

De acuerdo a la especialista, algunas de las variables que afectan la toma de decisiones en este nivel son, el bajo autoconocimiento y actitudes familiares poco facilitadoras de la decisión, escaso conocimiento de la oferta académica y alternativas de financiamiento

También, influye el puntaje que obtiene en la PSU fuera de las expectativas personales y la proyección poco realista de la carrera.

Para enfrentar esta importante decisión, la especialista recomendó a los estudiantes darse el tiempo para tomar conciencia del proceso, autoconocerse y reflexionar acerca de los aspectos que influyen en la decisión.

Algunos de los más importantes son: aspectos biográficos; intereses; aptitudes, habilidades y destrezas, sistema de valores y características de personalidad.

Igualmente, la información detallada y de primera fuente respecto de carreras e instituciones; expectativas personales de futuro y aspectos de la realidad familiar, socioeconómica y geográfica.

La psicóloga dijo que “muchos estudiantes plantean que su realidad familiar obstaculiza su elección vocacional”.

“Se sienten presionados, porque les imponen qué elegir y porqué, lo que les produce rabia y angustia. Otras veces, el entorno invade con sobreprotección y pocas opciones de autonomía. Y hay casos en que, por el contrario, hay libertad total en el proceso, lo que le hace sentir poco acompañado y contenido. Esto agrava el sentimiento de miedo o confusión”, explicó la psicóloga.

Para Evelyn Carrasco, “muchas veces, planificar un momento familiar de comunicación franca puede ser la mejor vía. Otras veces, cuando la comunicación está muy interferida o hay otras problemáticas, se puede requerir ayuda profesional. En todo caso, es positivo que el estudiante cuente con apoyo del orientador, de un profesor o un psicólogo”, manifestó.