Familias ubicadas a 3 kilómetros a la redonda del complejo celulosa nueva aldea debieron ser evacuados en forma preventiva a albergues en Quillón y Chillán, luego de que la empresa lo solicitara durante la noche.

Sin embargo, esta mañana el gerente de Asuntos Públicos de la planta, Guillermo Mendoza, informó que la situación más crítica pasó durante la madrugada y que ahora se encuentra controlada, por lo tanto, ya no reviste mayor peligro.

Esto, implica que las personas evacuadas eventualmente podrían volver a sus hogares.

Recordemos que ayer el fuego comenzó a desplazarse hasta hacia el norte, por lo que la atención estaba puesta en el sector Santa Ana, donde las llamas podían consumir viviendas. Tras eso, el Gobernador de la provincia de Ñuble, Eduardo Durán, dio a conocer que como una medida preventiva las personas que habitan en tres kilómetros a la redonda de la celulosa Nueva Aldea debían ser evacuadas.

De inmediato se movilizaron recursos técnicos y humanos, buses y camiones del ejército fueron los encargados de trasladar a la mayoría de las personas hasta la escuela de Quillón que está funcionando como albergue. Los evacuados relataron el momento.

El alcalde de Quillón, Jaime Catalán, dijo que la evacuación preventiva fue solicitada por la propia gerencia de la celulosa, esto ante la eventualidad de que las llamas alcanzaran otras dependencias del complejo.

En el albergue finalmente no pudieron quedarse todas las personas y existían alternativas, una era un sector de la comuna de Ránquil y otro en Chillán. En esta última comuna fue el destino de cerca de 30 personas que estaban al interior de un camión del ejército con algunos bolsos.

Por otro lado, los habitantes del sector Santa Ana esperaban, casi sin esperanza que las llamas se desviaran para que sus casas no se quemaran.

Cuando faltaban 5 minutos para las 3 de la mañana, el complejo Nueva Aldea aparentemente sufrió un corte de luz. El movimiento era constante, incluso un carro de bomberos entró al lugar, mientras que por la Ruta del Itata, brigadistas de la Conaf realizaban todos los esfuerzos para que la fuerza del fuego no atravesara la carretera en dirección a otras dependencias de la empresa.

Hasta ahora las crifras no son positivas: una persona fallecida, más de 20 mil hectáreas consumidas por el fuego, más de 500 damnificados, y la planta Paneles Arauco reducida a cenizas.