Los peruanos van a la Feria de los Deseos a “limpiarse” de la mala suerte a través de las flores, el huevo de avestruz, el armadillo, las plumas de cóndor, y luego poner su destino en manos de rezadoras, yatiris, brujos y chamanes que les pronosticarán el futuro en 2012.

Son unos 40 (30 de zona andina peruana de Puno y 10 bolivianos), entre yatiris (adivinos), chamanes (kallahuayas), rezadores que hacen “limpiezas” y preparan al creyente a conocer el futuro a través de la hoja de coca, los naipes, las nueces, los huevos, la palma de la mano, el polvo de metal.

“La mayoría emplean la hoja de coca, una técnica ancestral y la más certera para saber el futuro, pero se debe tener amplia experiencia y haber recibido ese ‘don’ de sus antepasados”, dijo a la AFP Lidia Cortez, rezadora, herbolaria y organizadora de la feria, ubicada en el distrito limeño de Jesús María.

Los yataris y kallahuayas tienen la protección del apu (dios de los cerros), de santos religiosos y sus antepasados, escrutan el destino en las hojas de coca, maíz, plomo, partículas de imán, nuez, huevo, láminas de oro y plata y en flores, precisó.

“Todos los años vengo a la feria y pongo mi destino en manos del maestro Huanca, es bien acertado”, dijo María Nemesio, una mujer de 52 años de la región andina de Huancavelica (centro).

Sostiene que “el maestro” le dijo en 2010 que sus dos hijos ingresaban a la universidad y que su esposo se compraba un automóvil. “Igualito como me dijo salió”, señaló.

Huanca es un yatiri de 65 años que desde niño aprendió a leer la hoja de coca, a curar el mal de ojo, a quitar el susto y hacer limpieza.

“Solo soy el Maestro Huanca con un don trasmitido por los espíritus de mis antepasados”, dijo ante miradas de unas 20 personas que esperaban ser atendidas en el pequeño espacio de tela, donde hay dos sillas, una mesa con la efigie de San Gabriel, una cruz, campana de metal, y hojas de coca que las lanza en un manto rojo para leer el pasado y el futuro, previo rezo.

Vicki Rojas, de 25 años, originaria de Potosí, Bolivia, lee el destino a través de la nuez. “Primero rezo con tus manos estiradas sobre las nueces, luego puedes hacer tres preguntas, cada una agarrando una nuez y la abres”.

Una vez abierta, Vicki observa la forma que está rota la parte comestible. “De acuerdo a su forma respondo la pregunta”, dijo.

Para una buena limpieza es necesaria la fe, señaló Lidia Cortez, que junto con el maestro Dan se apuran a purificar a una mujer de unos 40 años.

Le cubren la cabeza con una manta multicolor, Lidia la reza mientras el maestro le pasa dos huevos de avestruz. La mujer tiene a su lado plumas de cóndor, una cruz y la efigie de San Gabriel.

Le echan agua de flores, le pasan el quirquincho (armadillo), el cuerpo de la mujer recibe pétalos de flores amarillas y de rosas rojas. Finalmente las manos del maestro y la rezadora se posan sobre la cabeza y rezan.

“Está limpia, lista para recibir el nuevo año con buena energía”, aseguró el maestro Dan.

Además, en la feria están “las miniaturas o alasitas”, donde se puede adquirir casas, automóviles, terrenos, todo en pequeño, así como viajes, dinero, títulos profesionales que se desean en la vida real.

Antes de entregar la miniatura, el vendedor reza y lo pasa por incienso. “Si se tiene fe se le va cumplir”, afirmó Pilar, una de las vendedoras.