El nuevo gobierno conservador español anunció este viernes medidas de rigor “extraordinarias y no previstas” de 8.900 millones de euros sólo para el primer trimestre de 2012, para combatir un déficit “muy superior” a lo previsto, de en torno al 8% del PIB.

Los funcionarios públicos estarán en primera fila de los más afectados por estos recortes.

Después de que el anterior gobierno socialista redujese un 5% sus salarios en 2010 y los congelase en 2011, el nuevo gobierno decidió “mantener la congelación” para el próximo año, anunció la número dos del ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría.

Pero, incumpliendo una de sus promesas electorales, el gobierno anunció asimismo una inesperada “subida temporal” de los impuestos para los más ricos, con la que, según el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, espera ingresar 6.000 millones de euros adicionales en 2012 y 2013.

Así, sólo una semana despúes de ser investido, el ejecutivo de Mariano Rajoy aprobó “un acuerdo de no disponibilidad (del gasto) por valor de 8.900 miliones de euros” (unos 11.530 millones de dólares) hasta marzo, precisó Saénz de Santamaría.

Estos recortes, mayores de lo esperado, son consecuencia de “la desviación” del déficit público, que en 2011 será “muy superior” al 6% del PIB previsto por el anterior gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó la vicepresidenta del gobierno y ministra portavoz, adelantando una cifra en torno al 8%.

“Estamos ante una situación extraordinaria y no prevista” que ocasionará medidas de rigor “extraoridarias y no previstas”, lanzó.

“Estas medidas son el inicio del inicio”, advirtió, ya que sólo conciernen a los primeros tres meses del año, en espera de que el ejecutivo de Rajoy presente, a finales de marzo, su proyecto de presupuesto para 2012.

El líder conservador español, que asumió en persona la coordinación de las reformas económicas, ya había anunciado que el nuevo gobierno aplicaría importantes recortes para alcanzar el objetivo de déficit de 4,4% del PIB en 2012.

Rajoy precisó que los recortes deberían ser, como mínimo, de 16.500 millones de euros (unos 21.340 millones de dólares) si el déficit de 2011 se situaba en 6% como previsto. Pero calculó que se verían incrementados en 10.000 millones de euros por cada punto porcentual adicional.

Las medidas decididas este viernes constituyen así un anticipo de lo que le espera al país cuando el gobierno anuncie, dentro de tres meses, su techo de gasto para el conjunto del año.

Además de la congelación del sueldo de los funcionarios, el gobierno decidió no reemplazar las plazas vacantes de todas las administraciones públicas, a excepción de servicios básicos como educación, salud y fuerzas de seguridad.

“Los empleados públicos vuelven a ser cabeza de turco para paliar las cuentas deficitarias del Estado”, fustigó el sindicato Unión General de Trabajadores (UGT) en un comunicado.

Este “es un momento difícil”, reconoció Sáenz de Santamaría, “pero con estas medidas y estas reformas estructurales España puede salir de la crisis”, aseguró.

Duramente golpeada por la crisis financiera mundial y por el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008, la economía española, que a principios de 2010 salió de una recesión de 18 meses, se debate sin éxito por afianzar su crecimiento, lastrada por un desempleo récord de 21,52%.

Haciendo alusión a los más desfavorecidos, a lo que afirmó no poder “pedir sacrificios”, la portavoz del gobierno anunció también un aumento del 1% de las pensiones, el mantenimiento de las prestaciones por desempleo y la prórroga de las ayudas a los parados sin derecho a prestación.