Un análisis de 32 estudios clínicos publicado este miércoles en Estados Unidos señala la inutilidad de las pruebas genéticas para asegurar la eficacia del anticoagulante Plavix en los pacientes que sufren enfermedades cardiovasculares.

Los resultados de este análisis, publicado en el Journal of the American Medical Association (JAMA), cuestiona las recomendaciones de la FDA (Food and Drug Administration), la agencia estadounidense reguladora de medicamentos, emitida en 2010.

El Plavix (clopidogrel), comercializado por los laboratorios farmacéuticos estadounidenses Bristol-Myers Squibb y la francesa Sanofi, reduce el riesgo de crisis cardíaca, angina de pecho y derrame cerebral, así como el riesgo de muerte en personas que sufren enfermedades cardiovasculares.

Los sujetos cuyo hígado no elabora suficientemente una enzima producida por el gen CYP2C19 no pueden metabolizar la sustancia activa del medicamento y, por tanto, enfrentan un riesgo cardiovascular y cerebral elevado, según estimó la FDA en 2010.

El problema, que afectaría a entre 2 y 14% de la población estadounidense, puede ser detectado con una prueba recomendada por la FDA. Y en caso de detección de la variación genética, la FDA solicitaba a los médicos prescribir dosis más fuertes de Plavix o buscar tratamientos alternativos.

“A pesar de las relaciones observadas entre la variación del gen CYP2C19, la manera en que el organismo metaboliza el clopidrogel y la formación de coágulos sanguíneos, el meta análisis de los 32 resultados, que se centró en 42.000 pacientes en total, no muestra una relación clínica significativa entre el genotipo y los accidentes cardiovasculares”, señaló el autor de la investigación, Michel Holmes, de la University College de Londres.

Unas 40 millones de personas en el mundo toman Plavix.