La crisis de la zona euro y las medidas de austeridad anunciadas por la mayor parte de los países europeos mermarán los modelos sociales creados en la posguerra y, según los expertos, deberán ser reformados en la actualidad para poder sobrevivir.

Reformas de las pensiones de jubilación, disminución de las ayudas sociales, congelamiento de las pensiones, bajada de las prestaciones sanitarias… Los planes de austeridad anunciados desde hace más de un año por los gobiernos de la zona euro han tomado el relevo de los tradicionales gastos de los Estados del bienestar europeos.

“Estos Estados del bienestar, construidos tras la guerra, que se hacían cargo de multitud de necesidades, especialmente en materia sanitaria, van a desaparecer”, predice Nicolas Bouzou, economista del gabinete Asterès.

“En su momento, estábamos en un contexto de fuerte crecimiento de la masa salarial, de pleno empleo, con una población relativamente joven. Actualmente, hay un desempleo masivo, no hay crecimiento y la población envejece, por lo que las presiones financieras son absolutamente insostenibles”, explica.

“Está claro que con la crisis, la presión que ya había sobre el modelo social europeo, por la demografía y el débil crecimiento, se acentúa”, incide el director del instituto europeo Bruegel, Jean Pisani-Ferry.

Pero no todos los países siguen un mismo patrón. En Francia, por ejemplo, además de la reforma de la jubilación, el gobierno ha anunciado una revalorización inferior a la prevista en 2012 para las prestaciones familiares.

“En Irlanda, se han bajado las prestaciones de salud y de vivienda. En Portugal, se ha disminuido un 25% las ayudas a las familias. En Italia, se han bajado las ayudas sociales. En España se ha suprimido el ‘cheque bebé’ (una ayuda por el nacimiento de un hijo)”, explica Henri Sterdyniak, economista del Observatorio Francés de Coyunturas Económicas (OFCE).

El nuevo presidente del gobierno español, el conservador Mariano Rajoy, debe tomar nuevas medidas a partir de la próxima semana e iniciar a partir de 2012 una “modernización de la legislación del trabajo” para hacer frente a una cifra récord del desempleo.

En Italia, el gobierno de Mario Monti también prevé reformar el mercado de trabajo para ir hacia una “flexiseguridad” inspirada en el modelo danés.

Para Michael Burda, economista de la Universidad Humboldt de Berlín, numerosos países europeos deberían inspirarse en el modelo escandinavo: “Si funciona tan bien es porque combina elementos del Estado del bienestar con el liberalismo”, explica.

Este modelo combina “flexibilidad” para los empresarios, que pueden contratar y despedir fácilmente a los empleados, y “seguridad” para los asalariados, que se benefician de una amplia protección social y ayudas continuas a la formación para reintegrarse rápidamente al mercado de trabajo.

En numerosos países europeos, los sistemas de protección social van a perdurar, aunque se “concentrarán” en aquellos que tengan más necesidades, según Nicolas Bouzou.

Por ejemplo, en Francia “las ayudas familiares acordadas sin condiciones de recursos, van sin duda a desaparecer”, pronostica. Al igual que ciertas patologías acabarán tratándose en el sector de la medicina privada, según este economista.

En los países más afectados por la crisis de las finanzas públicas, la reestructuración de la protección social podrá llevarse a cabo de manera más brutal.

En Grecia o Portugal, “los sistemas de Estado están casi en quiebra y o se orientan hacia sistemas más liberales, sin red de protección, o los más frágiles podrían encontrarse sin cobertura”, subraya Bouzou.

“No asistimos aún al final del Estado del bienestar, pero sí a su degradación”, deplora Henri Sterdyniak. “Y cuando se reduce la ayuda por nacimiento en España, que tiene un enorme problema de natalidad, nos estamos disparando una bala en el pie”, asegura.

Para este economista, “la protección social de Europa forma parte de su identidad, no hay razón ninguna para ponerla en duda. Al contrario, habría que tomar medidas para continuar financiándola”.