Al alero del Servicio de Asesoría Técnica (SAT) de INDAP, productores de frambuesas, hortalizas, flores y berries, entre otros, se la juegan por sistema de producción agrícola natural. La idea es proteger el medio ambiente y la salud humana.

Es por esta razón que la búsqueda de alimentos sanos que provengan de sistemas de producción libres de contaminantes y que respeten el medio ambiente, es una tendencia que va en aumento.

Esta es la premisa de diez agricultores de las provincias de San Felipe y los Andes que se la están jugando por los productos orgánicos. Desde el año 2008 estos emprendedores están trabajando codo a codo con INDAP a través del Servicio de Asesoría Técnica, SAT orgánico, dando sus primeros pasos en agricultura orgánica y actualmente conforman la Asociación de Agricultores Orgánicos del Valle de Aconcagua Ltda.

Al respecto, Soledad Vejar, representante de la agrupación y dueña de la agrícola Dos Espinas, expresó que “principalmente nosotros partimos con la necesidad de buscar un trabajo más limpio. Sabemos que el tema de los químicos contamina el medio ambiente y la tierra y pensando en eso, y también en nuestras familias, decidimos producir este tipo de productos para que ellos pudieran consumir alimentos más sanos. Gracias a Dios la idea comenzó a expandirse resultando en esta agrupación”.

Los integrantes del SAT Orgánico de INDAP comercializan sus productos en forma directa con sus clientes y además están presentes en Santiago a través de la Ecoferia que se organiza todos los fines de semana en el parque Intercomunal de la Reina.

La Asociación de Agricultores Orgánicos del Valle de Aconcagua Ltda. está integrada por agricultores de las provincias de San Felipe y Los Andes que comprenden las comunas de Llay Llay, Putaendo, San Felipe, San Esteban y Panquehue. Y se dedican principalmente a rubros como hortalizas, flores, huevos de codorniz, de gallina, berries, mermeladas, licores y humus de lombriz.

Cabe destacar que esta asociación es la primera en obtener la certificación con el sello de agricultores orgánicos de la región a través del Servicio Agrícola y Ganadero, SAG, lo que les permite ingresar en el mercado formal de la producción y venta de alimentos orgánicos en Chile.