Los inversionistas extranjeros podrán seguir comprando tierras en Argentina pero hasta el límite del 15% del total de unas 180 millones de hectáreas de tierras productivas, según la ley aprobada la noche del jueves, que busca mantener el control sobre un recurso estratégico.

Actualmente el 10% de las tierras rurales del país sudamericano se encuentra en manos de extranjeros, según un informe de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

La norma “no es xenofóbica y no afecta derechos adquiridos, sino que simplemente quiere cuidar un recurso estratégico como es la tierra en un mundo que va a necesitar de los alimentos como de la energía”, aseguró la presidenta Cristina Kirchner en defensa de la iniciativa.

La norma fue aprobada con el apoyo casi unánime en la Cámara alta, donde obtuvo 62 votos a favor y uno en contra.

A partir de ahora, los capitales de otros países solamente podrán adquirir hasta el 15% del total de las tierras del país y tendrán un tope de 1.000 hectáreas en zonas determinadas.

Estadísticas de la Federación Agraria Argentina (FAA), que nuclea a pequeños y medianos agricultores que apoyan la norma, señalan que “alrededor de 20 millones de las 180 millones de hectáreas productivas de Argentina están en manos extranjeras”.

“La ley es una clara respuesta en el marco de la situación global de demanda de alimentos”, dijo la presidenta de la Comisión de Agricultura del Senado, Graciela de la Rosa, y destacó que “es la primera vez que el país toma esta actitud que tiene que ver con su soberanía”.

Ante la falta de datos oficiales y para conocer con exactitud el límite que deberá tener la extranjerización de tierras, la norma establece la creación de un Registro Catastral de Tierras Rurales, que en el lapso de 180 días deberá realizar un relevamiento integral sobre la propiedad de esos inmuebles.

Algunos grandes propietarios extranjeros de tierras en Argentina son los estadounidenses Douglas Tompkins y Ted Turner, el británico Joe Lewis (dueño del Hard Rock Café) y los hermanos italianos Benetton.

La unidad de mayor tamaño es la de Benetton en la Patagonia con casi un millón de hectáreas, que están dedicadas a la producción de lana para la industria global del grupo.

En el caso de Tompkins (Esteros del Iberá en el nordeste) y Turner (Patagonia), el valor de las tierras es fundamentalmente paisajístico.

La iniciativa aprobada se inspiró en leyes vigentes en Brasil, Canadá, Estados Unidos, Francia e Italia.

El informe de la FAO señala que en Argentina “no se identificaron casos ya concretados de participación de Estados extranjeros en compras de tierras, aunque si existen gestiones por parte de países (China, Corea del Sur, Catar y Arabia Saudita) que estarían negociando diferentes arreglos para garantizarse el acceso a alimentos”.

El trabajo denominado ‘Concentración y Extranjerización de las tierras en 17 países de América latina y el Caribe’ precisa que funcionarios de Catar, que cuenta con un fondo de unos 1.000 millones de dólares para adquirir tierras, ya han expresado su interés por comprarlas en el país sudamericano.

Arabia Saudita, por ejemplo, está negociando una fuerte inversión sobre 221.000 hectáreas en la provincia de Chaco (norte), mientras que China intenta acceder a unas 300.000 hectáreas en Río Negro, aunque encuentra dificultades para cerrar el acuerdo, según la FAO.

Argentina es una de las potencias alimentarias por sus fértiles tierras en la Pampa Húmeda (región central) y una cosecha de granos que supera los 100 millones de toneladas, con exportaciones agro-industriales en 2011 por unos 35.000 millones de dólares, casi la mitad del total, según cifras oficiales.