La marca canadiense de lencería La Vie en Rose tiene un éxito rotundo en varios países musulmanes, pese a que la tradición religiosa prohíbe cualquier exposición del cuerpo femenino, por lo que la publicidad es impensable.

Bajo su estricta indumentaria, las clientas de La Vie en Rose en Arabia Saudita, Kuwait y Emiratos Árabes portan las mismas prendas de lencería que las canadienses y las francesa.

“La única diferencia notable es la bata, que en el mundo árabe es más larga, por debajo de las rodillas”, dijo el vicepresidente de la sociedad canadiense encargado de las actividades internacionales, Luc Poirier.

Actualmente, cerca del 10% del volumen de negocios de La Vie en Rose (de 150 millones de dólares por el total de ventas) es producido por nueve países musulmanes: Arabia Saudita, Emiratos Árabes, Líbano, Kuwait, Jordania, Argelia, Egipto, Marruecos y Kazajistán.

Poirier aseguró que las cosas comienzan a cambiar en estos países. En Arabia Saudita, por ejemplo, las mujeres no sólo podrán votar próximamente, sino que accederán al mundo laboral, por lo que será más fácil emplear vendedoras -y no sólo vendedores- en las tiendas de lencería.

Poirier estimó que dentro de dos o tres años, la marca tendrá tantos locales de venta en Canadá como en el extranjero, donde actualmente cuenta con 55 tiendas, de las cuales 29 están en Arabia Saudita, mientras que en Canadá existen 150.