Una embarcación con 250 inmigrantes afganos e iraníes que soñaban con ir a Australia naufragó en las costas de la isla indonesia de Java, causando probablemente la muerte de la mayoría de los pasajeros.

De los pasajeros que iban en el barco, 33 de ellos ya fueron rescatados -30 hombres, una mujer y dos niños- y están recibiendo asistencia en la ciudad de Prigi, en el este de Java, a unos 30 km del lugar del naufragio, dijo a la AFP Kelik Purwato, miembro de las operaciones de salvamento del distrito de Trenggalek.

Esta nueva tragedia –un año después del naufragio de otro barco de emigrantes que iban a Australia– provocó una ola de indignación entre las asociaciones australianas de ayuda a los refugiados, que cuestionan la política de inmigración de su país.

“El barco naufragó el sábado por la noche. Se han iniciado las labores de búsqueda, pero las difíciles condiciones meteorológicas hacen que la visibilidad sea muy reducida”, declaró a la agencia estatal de Indonesia Antara un miembro del equipo de salvamento, Brian Gauthier.

El resto “debe ser evacuado lo antes posible. No podrán aguantar durante mucho tiempo en medio del mar”, advirtió Gauthier.

Las autoridades creen que el barco podría ser una embarcación de pesca tradicional con capacidad para un centenar de pasajeros, aunque algunos de los rescatados han señalado que a bordo viajaban unas 250 personas.

Respecto a los otros pasajeros “es muy probable que se hayan ahogado”, declaró el portavoz de la Agencia Nacional de Rescate, Gagah Prakoso. “Enviamos cuatro barcos y dos helicópteros, pero no hemos visto a nadie”.

“Es imposible, incluso para un buen nadador equipado con chaleco salvavidas, regresar a la costa en tales condiciones meteorológicas. Cuando los barcos naufragan, los cuerpos suben a la superficie al tercer día”, agregó.

Armaghan Haidar, un estudiante afgano de 17 años que sobrevivió, dijo que estaba durmiendo cuando sintió al barco moverse violentamente a causa de la tempestad.

“Sentí agua en mis pies y eso me despertó. El barco se hundía, la gente era presa del pánico, gritaban, trataban de salir”, dijo a la AFP en un albergue de Prigi Beach, un balneario de la costa sur, situado a 640 km al sureste de Yakarta.

“Logré salir del barco y aferrarme con otros cien a la parte exterior. Otros cien quedaron atrapados en el interior”, añadió.

Los sobrevivientes contaron que venían, como los que por ahora se dan por desaparecidos, de Irán y Afganistán. Pagaron a los traficantes entre 2.500 y 5.000 dólares (1.900 y 3.800 euros) por su viaje a Australia.

“Dijeron que tomaron el avión de Dubai a Yakarta, luego un bus hacia un lugar no especificado en Java, de donde embarcaron. Dicen que iban hacia la isla Christmas”, declaró Kelik Purwanto.

“Queremos tener una vida mejor en Australia”, explicó el joven. “No hay nada en Afganistán. Mucho terrorismo. No se puede estudiar, encontrar empleo. No tenemos futuro allá”, dijo.

Christmas es un pequeño territorio australiano situado en el Océano Índico a 2.600 km de las costas al noroeste de Australia y a 300 km de las costas indonesias.

En Australia, el ministro de Relaciones Interiores, Jason Clare, dijo que es “una terrible tragedia”. “Las autoridades australianas trabajan con los indonesios” sobre este accidente, agregó. “Cuando la gente emprende un viaje peligroso y arriesga su vida, me preocupo mucho”.

Pero las asociaciones de ayuda a los refugiados calificaron esas palabras de “hipócritas”.

“Si el gobierno y la oposición estuvieran verdaderamente preocupados por la suerte de los demandantes de asilo, instaurarían por fin la política humana de recepción que Australia requiere desde hace tiempo”, declaró Ian Rintoul, coordinador de la Coalición de acción para los refugiados.

En diciembre de 2010, unos 50 emigrantes iraquíes e iraníes murieron en el naufragio de su embarcación, que salió de las costas indonesias rumbo a la isla Christmas.