El próximo 2012 se convertirá en el año de todos los peligros para el precio del petróleo, en un contexto de grave crisis y riesgo de recesión pero también de tensiones geopolíticas en Medio Oriente, que pueden lanzar al crudo en “cualquier dirección”.

Actualmente en torno a 100 dólares el barril, “cualquier cosa puede pasar” con los precios del petróleo, marcados por la “inestabilidad”, aseguró esta semana en Viena el ministro venezolano de Energía, Rafael Ramírez, al margen de una reunión ministerial de la OPEP.

“Puede colapsar la Unión Europea y venirse abajo los precios” del crudo, afirmó el ministro, o que intervengan factores “impredecibles” como “una guerra contra Irán o el caso de una agresión contra Siria” con lo que “el precio del petróleo no sé a dónde podría llegar”, aseguró recientemente el propio presidente de su país, Hugo Chávez.

En caso de que “algo suceda con los precios, cualquiera sea la orientación, la OPEP podría convocar una conferencia extraordinaria”, antes de la prevista en junio de 2012 en su sede de Viena, anticipó Ramírez.

El espectro de la crisis iraní, tras el endurecimiento de las sanciones occidentales contra Teherán, pesó en la reunión de la OPEP en Viena, donde se teme que una escalada dispare los precios del crudo.

“No creemos que habrá sanciones europeas contra el petróleo iraní”, aseguró el miércoles en Viena el ministro iraní de petróleo, Rostam Ghasemi, porque ello, advirtió, “exacerbaría tensiones en el mercado”, disparando los precios.

Frente a esta hipótesis alcista, temible para los consumidores, la OPEP contempla con verdadera aprensión la posibilidad inversa de una caída brutal de los precios causada por la crisis y una eventual recesión en los países desarrollados.

Tras su reunión el miércoles de Viena, el cártel se fijó un techo de producción para sus 12 miembros de 30 millones de barriles diarios (mbd), equivalentes a su producción actual, y se cuidó en negar cualquier rol del precio del crudo en la actual crisis financiera.

“El crecimiento económico está afectado por algo muy diferente de los precios del petróleo”, afirmó el secretario general de la OPEP, Abdalá El Badri.

La crisis “no tiene nada que ver con el precio del petróleo” sentenció por su lado Ramírez. “Esta no es una crisis de la OPEP, sino del sector financiero especulativo, del sector bancario, de la deuda europea”, aseguró el ministro venezolano.

En cambio, Arabia Saudita, primer productor y líder del cártel, teme que unos precios elevados del crudo puedan lastrar gravemente a las ya fragilizadas economías de Europa y Estados Unidos, reduciendo su consumo y, al cabo, afectando como un ‘boomerang’ a los propios intereses de la OPEP.

En este mismo registro, la Agencia Internacional de Energía (AIE) cree que las cotizaciones actuales del petróleo suponen “un riesgo mayor para la recuperación económica en el mundo”, afirmó el miércoles su economista jefe Fatih Birol, el mismo día de la reunión de la OPEP.

“Arabia Saudita hizo un trabajo magnífico, y su decisión de inyectar más petróleo fue muy buena” dijo Birol.

Birol aludía a la anterior reunión de la OPEP, en junio, donde hubo un abierto enfrentamiento entre los querían producir más y lo hicieron (Arabia Saudita y países del Golfo, alegando pérdida de producción por la guerra en Libia) y los que se negaban a ello (Irán y Venezuela), para proteger las cotizaciones del barril.

La decisión este miércoles de la OPEP de adecuar su cuota global a su producción real, pero sobre todo la caída del euro (o subida del dólar) y la crisis financiera, provocaron un retroceso del precio del crudo.

Pero sólo 24 horas antes, rumores de ejercicios militares iraníes en el Golfo de Ormuz habían elevado las cotizaciones del petróleo, demostrando su enorme inestabilidad y reactividad, que según los expertos será la peligrosa tónica en 2012.