Los físicos que buscan el misterioso bosón de Higgs creen que han ubicado el lugar donde se esconde el elemento que falta en el rompecabezas de las partículas elementales, anunciaron el martes en Ginebra investigadores del Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN).

“Todavía es demasiado pronto para sacar conclusiones definitivas. Necesitamos más datos, pero hemos establecido sólidas fundaciones para los meses apasionantes que vienen”, dijo Fabiola Gianotti, responsable de la experiencia ATLAS en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés), en un seminario del CERN en Ginebra retransmitido por la red Internet.

La partícula de Higgs es la pieza que falta, hasta ahora nunca observada, del modelo estándar, la teoría de la estructura fundamental de la materia elaborada en los años sesenta para describir todas las partículas y fuerzas del universo.

Según ese modelo, el bosón de Higgs explica porque algunas partículas tienen una masa y otras no, y su detección permitiría validar esa teoría. Por referirse a una partícula elemental en el universo, se le llama la “partícula de Dios”.

El físico británico Peter Higgs había postulado en 1964 la existencia de esa partícula, razón por la cual lleva su nombre.

“Lo único que no se conoce del bosón de Higgs es si existe y cuál es su masa”, indicó a la AFP el físico francés Bruno Mansouilé, que participa en la experiencia ATLAS.

Los últimos resultados de ATLAS y de una experiencia similar bautizada CMS, presentados el martes en la sede del CERN, redujeron considerablemente la zona donde podría encontrarse el famoso bosón.

Según el informe, el bosón de Higgs se encontraría alrededor de una masa de 125 gigaelectrovoltios (GeV), donde las dos experiencias observaron un “exceso de eventos” durante la colisión de protones en el LHC.

El margen de error de la experiencia ATLAS sería de sólo 1%, pero sigue demasiado para que los físicos puedan afirmar científicamente que “descubrieron” el bosón de Higss.

“Por el momento se trata sólo de una “indicación”, indicó el físico francés Daniel Fournier, del proyecto ATLAS.

“Hay que cuadriplicar la cantidad de colisiones” para llegar a un descubrimiento, lo que va a necesitar varios meses de experiencias.