Consulta ciudadana

Ante la consulta que realizará el municipio santiaguino este fin de semana, preguntándonos a los vecinos de las zonas por las que se han desplazado las marchas durante todo el presente año sobre si deseamos que ellas continúen, mi respuesta será positiva.

Ello, pese a lo forzado de la consulta, que es un verdadero insulto a la inteligencia de los votantes, ya que además de sesgada, carece de toda relevancia jurídica ya que no se puede prohibir el ejercicio de garantías constitucionales y reconocidas universalmente.

Las marchas ciudadanas representan la forma civilizada en que se expresa la ciudadanía en todo el mundo. La diferencia estriba en la reacción de la autoridad ante tales manifestaciones ciudadanas. Para dar 2 ejemplos extremos y recientes: España y Siria.

Puedo agregar que vivo en una de las zonas afectadas y, ciertamente, siempre he preferido tener residencia en lugares céntricos en cualquier ciudad y no en burbujas y bajo resguardo paranoide respecto de mis semejantes.

Además y en este mismo contexto, lo que debiera llamar a mayor escándalo a los ciudadanos y a nuestros representantes (elegidos, designados y autodesignados, en el caso de Carlos Larraín) y dar origen a investigaciones por aquéllos y por el Ministerio Público, no son las marchas, sino, más bien, las constantes denuncias, apoyadas en videos subidos a la red de Internet por particulares, a falta de información objetiva por parte de la prensa y la televisión, que muestran a policías actuando como delincuentes, destruyendo señales de tránsito y dejando actuar al lumpen en saqueos a comerciantes y sin que el ejecutivo reaccione al respecto.

Finalmente, agregaría que si los medios de prensa desean dar un mínimo cariz de pluralismo y democracia a esta mise en scène de nuestro alcalde, debieran dar acogida a quienes deseamos opinar al respecto, como hago yo en esta carta.

Rafael Enrique Cárdenas Ortega.
Residente de la comuna de Santiago.
rcarxxxx@xxxx.xxx.xx