Los islamistas en Egipto, que oficialmente obtuvieron 65% de los votos en la primera vuelta de las legislativas, esperan mejorar aún ese resultado en la segunda vuelta que comienza el lunes y debería confirmar su dominación en el futuro parlamento.

La cofradía obtuvo oficialmente 36,62% de los votos y los salafistas fundamentalista musulmanes, de los cuales trata de diferenciarse, un 24,36% de los sufragios.

Una tercera lista islamista moderada, Wassat, obtuvo 4,27%.

El bloc egipcio, principal coalición liberal, obtuvo 13,35%.

Los liberales, divididos en seis listas, alcanzan en total 29,39% y son los grandes derrotados de esta elección.

“Saludamos la opción del pueblo egipcio” declaró Ahmed Sobea, portavoz del Partido de la libertad y la justicia (PLJ), brazo político de los Hermanos Musulmanes.

“Egipto necesita ahora que todas las partes cooperen juntas para salir de la crisis”, agregó Sobea, refiriéndose a la violencia registrada en los días previos a la elección.

Pero más allá de este llamado, hay una dura batalla pendiente en el seno del campo islamista en esta segunda vuelta organizada en un tercio de las gobernaciones, con el duelo entre la cofradía de los Hermanos Musulmanes y los salafistas del partido Al Nur.

“La segunda vuelta pone fin a la luna de miel entre los Hermanos y los salafistas”, escribió el domingo el cotidiano Al Ajbar, evocando en particular el caso de Alejandría, segundo ciudad del país, donde nació Al Nur después del levantamiento que derrocó a Hosni Mubarak a comienzos de año.

Los dos movimientos se enfrentarán también en Damiette, en el Delta del Nilo, donde obtuvieron resultados muy parejos en la primera vuelta.

Los liberales, que hasta ahora son los grandes perdedores de las primeras elecciones desde la caída de Mubarak, intentarán obtener escaños sobre todo en El Cairo.

Esta primera fase de las elecciones para la Asamblea Popular (cámara de diputados) concierne a un tercio de las gobernaciones

La votación para la Asamblea Popular en las otras gobernaciones se llevará a cabo en enero.

En marzo los egipcios votarán para elegir la Chura, la cámara alta consultativa.

El avance de los salafistas tomó por sorpresa a los Hermanos musulmanes, que se presentan como “moderados”, y provocó temores en los medios laicos y coptos (cristianos de Egipto).

“Representamos un islam ‘centrista’ y moderado, no imponemos nada por la fuerza”, afirmó a la AFP Mahmud Ghozlan, portavoz de los Hermanos musulmanes, llamando a”no poner a todos los islamistas en el mismo saco”, refiriéndose al partido Al Nur.

De su lado los salafistas, fortalecidos por los resultados electorales, han multiplicado sus declaraciones en favor de un islam riguroso.

El dirigente salafista Abdel Monem Chahat afirmó que las novelas del escritor egipcio y premio Nobel de literatura Naguib Mahfuz “alentaban el vicio pues se refieren a la prostitución y la droga”.

Otra personalidad de esa corriente, Hazem Abú Ismail, estimó que era necesario “crear el clima para facilitar” el uso del velo, y prometió que si era elegido presidente, “no permitiría que a un hombre y a una mujer sentarse juntos en un lugar público”.

Estas declaraciones provocaron airadas reacciones, en particular en las redes sociales como Twitter. “Estamos listos para convertirnos en un nuevo Afganistán” declaró un internauta.

En la región, el Hamas palestino, que controla la franja de Gaza, se felicitó de este avance de los islamistas, en tanto varios responsables israelíes dieron cuenta de sus inquietudes por los triunfos de los partidos islamistas en los países árabes – Ennahda en Túnez y el Partido de la justicia y el desarrollo en Marruecos.

Hecho notable en esta elección en Egipto, país más populoso del mundo árabe (más de 80 millones de habitantes) fue el índice de participación histórico de 62%.