Detrás de unos oscuros lentes, Don Juan Carlos, Rey de España, observaba como otro rey hacía de sus dominios, la arcilla, un lugar imposible por el cual pasar. Rafael Nadal, el monarca de las canchas lentas se defendió como siempre, corrió más que siempre y en un domingo de gloria para sus majestades y el pueblo deportivo de España consagró a su equipo por quinta vez como dueño de la Copa Davis.

Don Juan Carlos también posó con el célebre trofeo en medio del estadio de La Cartuja, enfervorizado ante el 3-1 global con el que el local, España, había vencido a Argentina luego de las dos excelentes victorias de Rafael Nadal el viernes ante Juan Mónaco y el domingo ante Juan Martín del Potro y la de David Ferrer, decisiva, el viernes ante el mismo del Potro, un partido en el que el equipo argentino había puesto todas sus esperanzas para quedar 1 -1 el viernes, ganar el doble el sábado (lo que lograron en forma excelente David Nalbandian y Eduardo Schwank venciendo en tres sets en forma inapelable a Fernando Verdasco-Feliciano López) e intentar la hazaña el domingo con Del Potro ante Nadal o Nalbandian ante Ferrer.

No hizo falta. En Sevilla, Nadal recuperó la memoria de un disco duro que parecía haber adquirido un virus llamado Novak Djokovic. Fue implacable el viernes ante su amigo Juan Mónaco al que literalmente destrozó en 3 sets, presenció la gran hazaña de David Ferrer ganándole a Del Potro en más de 4 horas un partido que finalmente se tornó gravitante más que cualquier otro.

Ferrer obligaba a Argentina a tener que ganar 3 partidos seguidos (el doble del sábado y los dos singles del domingo) ante un equipo que, se sabe, cuenta con los dos mejores jugadores del mundo en canchas lentas. Uno de ellos, Rafa Nadal, el mejor de la historia.

El partido que le permitió a Don Juan Carlos no esperar a un quinto match para asistir a una definición fue sensacional. Ganó Nadal porque en canchas de polvo de ladrillo es amo y señor de devoluciones, patinadas hacia los costados, pelotas en defensa con top alto, contragolpes de su drive de zurda letales, una mentalidad ganadora increíble y, además, algo que suma: los errores que cometen los rivales cuando cansados de tanto atacar, de tanto esfuerzo inútil ante esa pared, terminan con un golpe largo, ancho o a la red.

Juan Martín del Potro, la carta argentina para lograr al menos un single, no pudo obtener ninguno.Pero jugó a un nivel superlativo, el mismo que mostró en su retorno a las canchas tras casi un año sin jugar desde su lesión en la muñeca derecha durante el Abierto de Australia 2010. El tandilense no dejó de golpear a la pelota, fue agresivo constantemente, buscó las líneas con disparos que a cualquier otro hubieran desparramado por el piso, pero no a Ferrer (el viernes) ni a Nadal (el domingo). Ambos siempre gozaron de una pelota más, una devolución más, ambos con dos pares de piernas increíbles capaz de devolver lo imposible.

España mostró en esta quinta Copa Davis que se lleva a sus vitirinas que en las finales en casa es imbatible mientras Nadal y Ferrer almacenen el combustible que los hace impenetrables. Su doble ya no está en estado de gracia como cuando ganaron en Argentina la Copa Davis de 2008. Y precisamente Verdasco-López alumbraron el nacimiento de lo que puede ser una pareja para unas cuantas series de la Copa Davis para los albicelestes: David Nalbandian y Eduardo Schwank le solucionaron un problema al tenis de su país con la constitución de un doble que puede mostrarse como base.

Juan Martín del Potro por ahora está solo en los singles. David Nalbandian un gladiador en muchas series que han permitido por ejemplo que su team arribe a dos finales en los últimos 3 años, va convirtiéndose en un veterano (cumplirá 30 años el próximo 1ro de enero de 2012) y sus lesiones se van acumulando. Por el momento no se observa en el horizonte del tenis argentino a un jugador de su nivel que pueda ocupar su lugar. Y en la Copa Davis se juegan 4 puntos de single y uno de doble. Aunque Argentina ganó el doble del sábado, el match lo obtuvo España con sus singlistas, Los mismos que arrimaron en la foto oficial al Rey Juan Carlos para sumar otro monarca más a esta cofradía de campeones españoles sobre los dominios de las canchas lentas.