En el salón parroquial de La Unión cerca de 200 trabajadores recibieron sus finiquitos con el pago de sueldos y bonos atrasados más el 50% de sus indemnizaciones por años de servicio. El 50% restante fue reconocido, queda pendiente a la espera de la recuperación de la empresa que promete volver a producir en cinco o seis meses más, manteniéndose el vínculo laboral.

El pago de finiquitos que se cumplió separadamente con cada uno de los trabajadores se llevó a cabo bajo la mirada del seremi del Trabajo de la región, Jorge Méndez con la presencia del Director Regional del Trabajo, Luis Latorre y la fiscalización de funcionarios de la Inspección el Trabajo del Ranco.

La planta de Polincay en La Unión tenía una planilla cercana a las 386 personas en el mes de agosto. Por problemas ambientales dejó de operar a comienzos de septiembre lo que generó de un centenar de despidos. Otro grupo importante quedó en el camino cuando no se cumplía con el pago de sueldos y bonos en octubre y noviembre. Finalmente 198 personas rescataron sus derechos y quedan a la espera que la empresa pueda reabrir sus puertas en un plazo no lejano.