El juez que mandó preso a Conrad Murray, el médico de Michael Jackson, por el homicidio involuntario de la estrella en 2009, no escatimó duras críticas al doctor, al que consideró mentiroso, avaro y peligroso, en el dramático final del juicio en Los Angeles.

Al sentenciar el martes al médico a cuatro años de prisión, la pena máxima que enfrentaba, el juez Michael Pastor criticó a Murray por grabar una conversación con Jackson evidentemente drogado semanas antes de su muerte, la que consideró una “póliza de seguro” para usar en su contra de ser necesario.

Pastor, que se ganó elogios por su hábil manejo del juicio de seis semanas, también cuestionó a Murray por colaborar en un documental de televisión parcialmente realizado durante el juicio, en el que el médico dijo que no se sentía culpable por la muerte del cantante en 2009.

“No sólo no hay ningún remordimiento, hay resentimiento e indignación por parte del doctor Murray contra el difunto”, dijo el magistrado, sin ocultar su sopresa por la afirmación de Murray de que Jackson exigió la droga que lo mató.

El bajo concepto de Pastor hacia Murray quedó en evidencia poco después de que un jurado de siete hombres y cinco mujeres declarara al médico culpable de homicidio involuntario del Rey del Pop el 7 de noviembre. Entonces Pastor dijo que Murray era un peligro para la comunidad y ordenó que lo esposaran y lo pusieran en prisión preventiva.

Poco antes de dictar sentencia el martes, Pastor consideró el tratamiento de Murray a Jackson como un “experimento médico” y dijo que había ejercido una “horrible medicina”.

“El doctor Murray mintió reiteradamente, tuvo una mala conducta engañosa, y se esforzó para encubrir sus transgresiones”, dijo el juez, acusando al médico de “mentiras intolerables” a los paramédicos al no decirles todas las drogas que le había dado a Jackson.

“No tuvo absolutamente ningún sentido de remordimiento… y es y sigue siendo peligroso”, agregó. “Creo que es un peligro para la comunidad”, dijo, llamando a Murray “una vergüenza para la profesión médica”.

Murray fue declarado culpable de homicidio involuntario por haber dado a Jackson el potente anestésico propofol cada noche durante unos dos meses antes de su muerte, y el día de su muerte, 25 de junio de 2009.

“El señor Jackson era un experimento. El hecho de que participara en él no es excusa para disminuir la culpa de Murray, que simplemente podría haberse alejado y dicho no como muchos otros hicieron”.

“El doctor Murray se sintió intrigado por la perspectiva y se metió en esta locura de dinero a cambio de medicamentos que simplemente no va a ser tolerado por mí”, agregó.

Pastor dijo que, de todas las pruebas presentadas en el juicio, la más interesante fue la grabación de audio de un Jackson balbuceante, realizada en el iPhone de Murray durante una conversación con la estrella apenas unas semanas antes de morir.

“Esa grabación fue la póliza de seguro del doctor Murray… fue pensada para grabar subrepticiamente a su paciente en su punto más vulnerable”, dijo.

“No puedo dejar de pensar que si hubiera habido algún conflicto entre Michael Jackson y el doctor Murray más adelante… ¿qué valor se le hubiera dado a esa grabación si se eligiera difundirla en un medio de comunicación para ser usada en contra de Michael Jackson?”

Uno de los abogados de Murray, Michael Flanagan, dijo después de la sentencia que no estaba sorprendido por la pena máxima dictada por Pastor, quien según él había sido claramente “hostil” hacia el médico.

“Lo he notado desde hace casi dos años… Este juez ha estado enojado con nosotros todo el tiempo”, dijo.

El abogado cuestionó con ironía la afirmación de Pastor de que Murray, un experimentado cardiólogo cuyo desempeño profesional era intachable antes de empezar el tratamiento de Jackson dos meses antes de su muerte, era un peligro para el público.

“¿De verdad creen que era un peligro? Ha llevado 58 años de vida ejemplar”, dijo a periodistas, poco después de que Murray fuera regresado a la celda.