Cientos de universitarios que piden mayor asignación presupuestaria para la universidad pública de El Alto (UPEA) cumplieron este miércoles un plantón sin incidentes, un día después de una violenta jornada de choques con la policía, constató un periodista de la AFP.

Unos 1.000 estudiantes manifestaron en un punto neurálgico de la ruta que conecta El Alto con La Paz, lanzando estribillos y petardos y quemando neumáticos, mientras la policía permanecía a prudente distancia.

La protesta provocó sólo embotellamiento vehicular a diferencia del martes en que enfrentamientos entre policías y estudiantes con gases lacrimógenos y piedras arrojaron un saldo de unos 20 heridos y 54 detenidos, además de daños a un peaje y a vehículos de transporte público.

La mayoría de los estudiantes detenidos fueron liberados, pero cinco de ellos “han sido derivados a instancias del Ministerio Público, que tomará cartas en el asunto”, dijo el coronel Roberto Ocampo, director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de La Paz.

A pesar de negociaciones entre autoridades de la UPEA y el gobierno, “los estudiantes tenemos nuestros propios métodos de lucha como la acción directa en las calles”, advirtió el dirigente de los universitarios, Víctor Mamani.

Según Mamani “la lucha no es solamente es de la UPEA sino de la población de El Alto, ciudad vecina de La Paz y nicho electoral del presidente Evo Morales.

La UPEA está en desacuerdo con la distribución de los recursos públicos entre las universidades estatales del departamento de La Paz. La UPEA, con unos 20.000 estudiantes, rechaza recibir sólo 20% del presupuesto total de la educación prevista para 2012 en La Paz y reclama un 50%.

Por su lado, la universidad estatal San Andrés (UMSA), que recibe el 80% restante para 82.000 estudiantes, se niega a reducir su presupuesto y dividir en partes iguales con El Alto.

La UMSA, cuyos estudiantes también manifestaron este miércoles, fundamenta su rechazo en que 35% de sus estudiantes proviene de El Alto, según la rectora Teresa Rescala.

El Estado boliviano financia 15 universidades públicas con recursos provenientes de impuestos, especialmente de la producción de hidrocarburos.