Muchas personas ocultan información que consideran insignificante a sus médicos. Sin embargo, esta práctica puede ser muy peligrosa, ya que los datos falseados o no revelados puede conducir a un diagnóstico equivocado.

“El trabajo de un médico es defender tu salud, no juzgar”, dice Gary Fischer, internista general del centro médico de la Universidad de Pittsburgh.

Para que no sigas cometiendo errores que pueden perjudicarte, a continuación te mostramos 6 mentiras comunes que los pacientes suelen decir a los médicos y que si es tu caso… deberías dejarlas de lado…

1. “Nunca fumo”

Hay personas que no fuman todos los días, pero de vez en cuando encienden un cigarrillo en reuniones sociales. Muchos de estos pacientes ocultan a sus médicos que fuman, pero lo correcto es que si consumes tabaco -aunque sea en forma ocasional- tu doctor lo sepa.

Recordemos que el cigarrillo no sólo aumenta el riesgo de cáncer, sino también la circulación de la sangre, aumentando el peligro de formar coágulos. Además, si tomas anticonceptivos debes poner especial atención. “El estrógeno, que se encuentra en la combinación de píldoras anticonceptivas, el parche y el anillo NuvaRing, hace que la sangre más propensa a la coagulación”, explica Mary Jane Minkin, profesora clínica de obstetricia y ginecología en la Facultad de Medicina de Yale.

Tu médico puede recomendarte anticonceptivos sin estrógenos, si es que fumas.

2. “Está todo igual que la vez anterior que vine”

Cuando el doctor te pregunta “¿Qué hay de nuevo?” o “¿cómo estás?” no se refiere sólo al plano estrictamente médico. Si estás en medio de una relación tensa, tienes problemas en el trabajo o económicos, debes decírselo. El estrés crónico puede desencadenar hipertensión arterial, migrañas, problemas estomacales y palpitaciones más agitadas.

“La hormona del estrés, cortisol, estimula otras hormonas, como el estrógeno y la progesterona, provocando un desorden”, dice Jerilynn Antes, directora del Centro de Investigación del Ciclo Menstrual y la ovulación en la Universidad de British Columbia.

El estrógeno ayuda a prevenir la pérdida ósea, y la progesterona ayuda a crecimiento de los huesos. Pese a que los períodos prolongados de estrés pueden tener consecuencias graves para la salud, no está todo perdido. Habla con tu médico para que te sugiera algo que elimine el estrés, como ejercicios de relajación o psicoterapia.

3. “No estoy tomando nada”

Los pocos remedios naturales que utilizas puede no parecer significativos para ti, pero sí lo son para tu médico. Y es que algunas hierbas o suplementos alimenticios alteran algunas funciones o efectos de otros medicamentos en el cuerpo. Por ejemplo, el uso de ginseng con antidepresivos aumenta el riesgo de sufrir síndrome de serotonina, una afección potencialmente mortal que causa diarrea, fiebre y convulsiones.

También, demasiada vitamina D puede causar cálculos renales, mientras que demasiada vitamina C puede causar acidez estomacal.

4. “Me siento bien”

Muchas personas no se sienten bien de ánimo, y se lo ocultan a su médico. “Comunica a tu médico cualquier cambio significativo en tu estado de ánimo, pensamientos o comportamiento que afecte tu capacidad para funcionar en el hogar, en el trabajo o con tus amigos”, dice David Fassler, profesor clínico de psiquiatría en la Universidad de Vermont College of Medicine en Burlington.

El profesional debe descartar que la causa de tu angustia se deba a trastornos de la tiroides o efectos secundarios de los medicamentos, y luego realizar una evaluación psicológica o derivarte a un especialista en salud mental.

5. “Yo siempre uso condón”

Aunque sea sólo ocasionalmente, debes comunicar a tu médico si es que no usaste protección en alguna relación sexual.

Si estás demasiado avergonzado para hablar, la doctora Minkin sugiere anotar esta información en el formulario de tu historial médico. “Las enfermedades de transmisión sexual no siempre son evidentes”, dice la especialista. De hecho, dos de las más comunes, el virus del papiloma humano genital (VPH) y Clamidia, rara vez causan síntomas.

6. “No hago dieta”

Si llevaste una dieta extrema por algún tiempo, debes comunicarlo a tu médico. “Cuando tu cuerpo no recibe la proteína necesaria para generar nuevas células y tejidos, empiezas a quemar el tejido muscular, incluyendo el músculo cardíaco del corazón”, dice Arthur Frank, director médico del Programa de Gestión de la Universidad George Washington.

Una dieta estricta puede conducir a palpitaciones, arritmias y muchos otros problemas cardíacos, además se hacer más lento el metabolismo en el corto plazo y, finalmente, dificultar la pérdida el peso.

[Vía Fitness Magazzine]