El ministerio de Relaciones Exteriores iraní “lamentó” este martes el ataque a la embajada británica en Teherán, ocupada por manifestantes que saquearon sus locales.

En un comunicado publicado por la agencia Mehr, el ministerio afirma “lamentar el comportamiento inaceptable de un pequeño número de manifestantes pese a los esfuerzos de la policía”, y asegura haber “pedido a las autoridades que tomen inmediatamente las medidas necesarias” para poner fin a la ocupación de la embajada.

Los manifestantes hacían oídos sordos a los llamamientos de la policía y al caer la noche seguían en los locales de la embajada, y también en el recinto de la antigua residencia del embajador, al norte de Teherán, que atacaron simultáneamente.

“El ministerio de Relaciones Exteriores insiste en el compromiso de la República Islámica en proteger los edificios y el personal diplomático y afirma su respeto por las reglas internacionales y la inmunidad de los edificios diplomáticos”, recalca el comunicado.

“Por supuesto el asunto tendrá consecuencias judiciales”, añade el ministerio.

El jefe de la policía de Teherán, general Hosein Sadjedinia, declaró el martes por la noche a la agencia Fars que se había abierto una investigación sobre estos incidentes, y que “las personas que entraron en el interior de la embajada serán entregadas a la justicia”.