El Reino Unido expresó este martes su indignación por la incursión de “un número significativo” de manifestantes en su embajada de Teherán, que condenó como “totalmente inaceptable”.

“Estamos indignados. Es totalmente inaceptable y la condenamos”, declaró el ministerio de Relaciones Exteriores en un comunicado, en el que denuncia “actos vandálicos” en la legación durante la incursión que sigue en curso.

“Bajo el derecho internacional, que incluye la Convención de Viena, el gobierno iraní tiene el deber de proteger a los diplomáticos y embajadas en su país y esperamos que actúen urgentemente para poner nuevamente la situación bajo control y garantizar la seguridad de nuestro personal y de nuestra propiedad”, agregó el texto.

Según un periodista de la AFP en Teherán, decenas de manifestantes entraron el martes en el recinto de la embajada de Reino Unido en Teherán y reemplazaron la bandera británica por la iraní.

Los manifestantes, que protestaban contra sanciones adoptadas por el Reino Unido contra su país por su programa nuclear, también rompieron las ventanas con piedras y quemaron banderas británicas e israelíes, según imágenes retransmitidas en directo por la televisión local.

Las fuerzas antimotines que protegían a la embajada no intervinieron para impedir ese ataque, que se produjo cuando varios cientos de manifestantes, calificados de “estudiantes” por la televisión, estaban congregados ante la misión diplomática para pedir su cierre y la expulsión “inmediata” del embajador británico.

El domingo pasado, el parlamento iraní votó una ley que reduce las relaciones diplomáticas al nivel de encargado de negocios y prevé la expulsión del embajador británico en un plazo de dos semanas.

Esta decisión fue adoptada en represalia por las nuevas sanciones económicas contra Irán decididas por Gran Bretaña, en forma conjunta con Estados Unidos y Canadá, después de la publicación de un informe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) poniendo en evidencia las sospechas de los occidentales de que Irán estaba trabajando en la fabricación de un arma nuclear a pesar de sus desmentidos.