El Parlamento iraní votó el domingo una reducción de sus relaciones con Gran Bretaña previendo la expulsión de su embajador en Teherán, en respuesta a nuevas sanciones adoptadas contra Irán por su controvertido programa nuclear.

La ley fue aprobada por 179 de los 206 diputados presentes (290 en total) y debería traducirse por el llamado del embajador de Irán en Gran Bretaña, cuando las relaciones entre los dos países están reducidas al mínimo debido a tensiones crónicas entre los dos países.

La ley, que aún debe ser confirmada por el Consejo de los Guardianes (consejo constitucional), impone al ministerio de Relaciones Exteriores que reduzca “en un plazo de dos semanas las relaciones con Gran Bretaña al nivel de encargado de negocios” y de “limitar las relaciones económicas y comerciales al mínimo”.

El embajador de Gran Bretaña, Dominick Chilcott, asumió sus funciones en Teherán el mes pasado.

La decisión del Majlis constituye una “respuesta enérgica” a la adopción la semana pasada por Londres, de concierto con Estados Unidos y Canadá, de nuevas sanciones económicas y financieras contra Irán, subrayaron los diputados.

Irán no tiene relaciones diplomáticas con Estados Unidos desde hace más de 30 años y sus relaciones con Canadá son bastante limitadas.

Las sanciones occidentales fueron anunciadas después de un informe de la Agencia internacional de la energía atómica (AIEA) que refuerza la sospecha de una “posible dimensión militar” del programa nuclear iraní.

Irán ha desmentido esa versión, reiterando el carácter exclusivamente pacífico de su programa nuclear que, desde 2006, ha sido condenado por seis resoluciones del Consejo de seguridad de la ONU, algunas de las cuales acompañadas de sanciones.

La Unión Europea también prevé reforzar sus sanciones contra Teherán, congelando los haberes de unas 200 personas y sociedades complementarias, según fuentes diplomáticas.

La decisión del Majlis “sólo es un comienzo” y Teherán podría extender sus represalias a otros países occidentales que le imponen sanciones unilaterales, advirtió su presidente Alí Larijani.

El miércoles, Londres había estimado que sería “lamentable” que Teherán decida reducir sus relaciones bilaterales considerando “importante mantener canales de comunicación al más alto nivel, sobre en los tiempos actuales”.

Las relaciones entre Irán y Gran Bretaña están regularmente alterada por crisis desde la revolución islámica de 1979, pero las tensiones se acrecentaron desde el endurecimiento del régimen consecutivo a la cuestionada reelección del presidente Mahmud Ahmadinejad en 2009.