Una cumbre del Consejo Suramericano de Economía y Finanzas de la Unasur alcanzará el viernes en Argentina nuevos acuerdos para enfrentar la crisis global, con saldos comerciales positivos en la región y fuertes reservas en los bancos centrales, dijo una fuente de la reunión.

“Estas discusiones tienen por objeto aprovechar la solvencia externa de la región, dado que su relación entre la deuda y el Producto Interno Bruto (PIB) es mucho más manejable”, afirmó en rueda de prensa el argentino Roberto Feletti, presidente del Grupo de Trabajo de Integración Financiera (GTIF).

Feletti dijo que a nivel regional “la situación de la balanza comercial y de cuenta corriente es más cómoda y hay una importante acumulación de reservas en los bancos centrales”.

Frente al abismo financiero y económico en Europa y Estados Unidos, en una crisis que da signos de extenderse a China, el objetivo original del GTIF es reconfigurar la arquitectura financiera regional y comprender el escenario global, de modo de afrontar el impacto en la región.

Si la desaceleración económica se expande a China, habrá un impacto en el comercio con los países de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que son fuertes exportadores al gigante asiático.

Ministros de Economía y Finanzas, y gobernadores de bancos centrales, deliberan en un aristocrático hotel del barrio de Retiro, con la asistencia de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela, todos ellos miembros del bloque.

La secretaria general de la Unasur, la colombiana María Emma Mejía, dijo esta semana en Berlín que América Latina “es parte de la solución y ya no del problema” de la crisis global.

“América Latina vive un renacimiento político, económico y cultural sin precedentes. Sudamérica se presenta hoy como un ejemplo”, indicó la alta funcionaria regional, quien reemplazó en el puesto al fallecido expresidente argentino Néstor Kirchner.

Mejía dijo que las naciones sudamericanas “dejamos la periferia y pasamos a formar parte del centro del mundo como países emergentes”.

“Tenemos capacidad para desactivar amenazas muy fuertes a la estabilidad como región y a la existencia como naciones de los países que la integran”, indicó.

Mejía dijo que la Unasur adoptará medidas destinadas a “salvaguardar las reservas monetarias, que alcanzan los 600.000 millones de dólares y a fortalecer el Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR)”.

“El objetivo -advirtió- es que el FLAR sea más robusto en caso de emergencia. Y también aumentar el intercambio en monedas locales, como ya lo hacen Brasil y Argentina”.

En los últimos encuentros de Unasur se habían formado grupos de trabajo, con el propósito de fortalecer el comercio intrarregional, que alcanza los 120.000 millones de dólares y alentar formas de pago que tiendan a usar las monedas locales.

A su vez, el fondo anticíclico contra la turbulencia mundial se alimentará con la liquidez de las autoridades monetarias o bancos centrales de cada país, cuyas reservas globales ascienden, según la Comisión Económica para América Latina (Cepal), a unos 500.000 millones de dólares.

El encuentro de ministros y gobernadores de bancos centrales cuenta también con la presencia de la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, y directivos de la Corporación Andina de Fomento (CAF).