El ultimátum de la Liga Árabe a Siria para que acepte observadores internacionales venció este viernes sin respuesta, y dejó al país expuesto a nuevas sanciones económicas, posibilidad a la que Rusia expresó clara oposición.

El ministro turco de Relaciones Exteriores, Ahmet Davutoglu, había dicho en la mañana que el ultimátum de la Liga Árabe constituía “una última y nueva oportunidad” que el régimen sirio debía aprovechar.

“Hasta ahora, seguimos sin tener una respuesta del gobierno sirio”, dijo a la AFP un diplomático árabe.

La Liga había lanzado el jueves a Damasco un ultimátum de 24 horas para que responda a una propuesta de envío de observadores internacionales a Siria, y la ausencia de una respuesta deja ahora a ese país expuesto a sanciones.

Los ministros árabes del área de finanzas y economía deben reunirse el sábado para discutir las eventuales sanciones a Siria, y el tema podrá ser analizado también el domingo en una reunión de los cancilleres de la región.

Aunque la economía Siria ya fue afectada por sanciones adoptadas por la Unión Europea y Estados Unidos, medidas adicionales de la región podrían asfixiar a Siria ya que la mitad de sus exportaciones y casi un cuarto de sus importaciones se realiza con los países árabes.

Aunque por mucho tiempo se mostraron reticentes a una internacionalización de la cuestión siria, los ministros de Relaciones Exteriores de los países árabes pidieron el jueves a la ONU que “tome las medidas necesarias para apoyar los esfuerzos de la Liga Árabe en busca de resolver la crisis siria”.

El pasado 16 de noviembre la Liga Árabe decidió suspender temporalmente a Siria de esa organización a raíz de la represión de las protestas populares contra el régimen del presidente Bashar al Asad.

De acuerdo con la ONU, esa represión ya dejó un saldo de unos 3.500 muertos y decenas de miles de detenidos.

En tanto, Moscú reafirmó su apoyo al régimen de Bashar al Asad. “En este cuadro, pensamos que no necesitamos de más resoluciones, sanciones o presiones, sino de un diálogo intersirio”, dijo un vocero del ministerio ruso de Relaciones Exteriores.

La misma fuente repitió que Rusia se opone a cualquier eventual intervención militar: “La ingerencia por la fuerza en los asuntos sirios es totalmente inaceptable para Rusia. Cuestiones ligadas a los Derechos Humanos no deben servir de pretexto para intervención de esa naturaleza”, apuntó.

El jueves, el Líbano también ya había anunciado su intención de no votar en favor de sanciones en el seno de la Liga Árabe.

El coronel Rian al Assad, jefe del Ejército Sirio Libre (ASL) que reagrupa militares disidentes, había pedido el jueves el apoyo internacional y se manifestó en favor de ataques aéreos extranjeros contra “ciertos blancos estratégicos”.

Por su parte, militantes pro democracia llamaron a los sirios a manifestarse este viernes en apoyo al ASL, que ha multiplicado en las últimas semanas los ataques, abiertamente reivindicados, contra el ejército regular sirio y los milicianos del régimen.

El Comité de la ONU contra la Tortura había denunciado el viernes las “violaciones flagrantes y sistemáticas” de los derechos humanos en Siria, y añadió que ello ocurría “en un contexto de impunidad”.