Los electores de Marruecos comenzaron a votar el viernes de mañana en elecciones legislativas anticipadas y que se proponen dar una organización más moderna al país, luego de una reforma constitucional propuesta por el rey Mohamed VI.

Cerca de 13,5 millones de personas fueron convocadas a las urnas para elegir a 395 diputados, lo que podría conducir a un fortalecimiento de los islamistas moderados del Partido Progreso y Desarrollo (PJD, principal partido de oposición), abriéndole el camino a una participación en un gobierno de coalición.

Estas elecciones, que las autoridades definieron como “históricas” por marcar una nueva etapa en la modernización del país, permitirán que las fuerzas políticas (31 partidos participan en estos comicios) pongan a prueba su apoyo popular.

El PJD se enfrentará a partidos fuertes, principalmente al Istiqlal (Independencia), del primer ministro Abas El Fasi, y al RNI (Unión Nacional de Independientes, liberal), del ministro de Economía y Finanzas, Salahedin Mezuar, dos organizaciones de la coalición gubernamental.

El PJD apuesta por un “efecto Ennahda”, el partido islamista tunecino que ganó claramente las elecciones del 23 de octubre y ocupa 89 de los 217 escaños de la Asamblea Constituyente de Túnez.

Las elecciones serán también una prueba para el “Movimiento del 20 de febrero”, que surgió espontáneamente luego de la primavera árabe, y que llama a boicotear los comicios del viernes, igual que otros partidos de izquierda.

Por orden de importancia en el actual Parlamento, el Istiqlal tiene 57 diputados, seguido por el PJD (47 diputados) y el RNI (38 diputados).

En conformidad con la Constitución revisada, el primer ministro será obligatoriamente elegido por el rey en las filas del partido más votado, quien deberá dirigir un gobierno de coalición o de unión nacional.

Estas elecciones son supervisadas por 4.000 observadores marroquíes y extranjeros, y rejuvenecerá en todo caso el panorama político local: 87% de los cabeza de lista jamás estuvieron en el parlamento y 45% de los candidatos tiene menos de 45 años, según el ministerio del Interior.

“Yo quiero a Mezuar al frente del próximo gobierno porque posee un espíritu moderno y dinámico, y además es un economista. Marruecos espera soluciones concretas a sus problemas y no solamente discursos populistas”, dijo a AFP Hasna Daudi, que dirige un sitio web noticioso.

En cambio, la cocinera Suad, de 43 años, adelantó que “votaré por el PJD porque es contrario a la corrupción y tiene una reputación de honestidad… pero una nunca sabe”.

De cualquier forma, el ministro de Comunicaciones, Jalid Naciri, dijo a la AFP que, en su opinión, “el partido más fuerte no deberá pasar de 16% o 18% de los votos”.

En efecto, analistas coinciden en prever un gobierno con varios partidos. “El PJD puede pretender ser el primero. Pero aún si dirige el gobierno, el ejecutivo se formará alrededor de una coalición”, dijo Omar Benduru, profesor de derecho constitucional en la Universidad de Rabat.

Otro de los misterios es el nivel real de participación, ya que en las últimas elecciones legislativas, en 2007, apenas el 37% de los empadronados consideró que valía la pena ir a votar.