Los enfrentamientos en el Estado del Nilo Azul (sureste), región petrolera de Sudán, entre el ejército sudanés y los grupos rebeldes, dejaron 60.000 desplazados, anunció el jueves la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA, por su sigla en inglés).

“Debido a los enfrentamientos en curso, los civiles continúan siendo desplazados o seriamente afectados. La Cruz Roja sudanesa indicó que 60.000 personas aún están desplazadas en el Estado” de Nilo Azul, indicó la oficina de la ONU en un informe.

La publicación de este informe se produce tres semanas después de que el ejército sudanés afirmó haber tomado el control de la ciudad de Kurmuk, un bastión de los rebeldes del Movimiento Popular de Liberación de Sudán (SPLM, ex rebeldes sudistas).

Según el informe, los ataques aéreos del 12 de noviembre en Wadega, en el sur del Estado, dejaron varios muertos y numerosos heridos.

La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) anunció la semana pasada que unas 1.200 personas huían periódicamente del Estado de Nilo Azul para dirigirse del otro lado de la frontera, al Estado de Alto Nilo.

El mes pasado este organismo de la ONU estimó en más de 27.000 la cantidad de refugiados llegados a Etiopía desde que comenzaron los combates en el Estado de Nilo Azul en septiembre.

Desde junio se llevan a cabo combates similares en el Estado vecino de Kordofán del Sur.

Desde hace meses el ejército sudanés opera contra los rebeldes en Kordofán del Sur y en Nilo Azul, dos Estados de Sudán pero fronterizos con Sudán del Sur y en los que una parte de la población combatió junto a los sudistas durante la guerra civil (1983-2005).

Jartum acusa regularmente a Sudán del Sur de apoyar a los rebeldes, financiándolos o recibiéndolos en su territorio, lo que Juba desmiente.