Una bomba puesta en la entrada de una escuela de niñas mató, este martes, a un policía en el noreste de Pakistán, bastión de los talibanes aliados de Al Qaida, que desarrollan una sangrienta campaña en todo el país, dijo la policía.

Otros tres policías y cinco transeúntes resultaron heridos por la bomba que estalló cerca de la puerta, una hora antes de la apertura de la escuela primaria de niñas en las afueras de Mardan, cerca de Peshawar, la gran ciudad en el noroeste del país.

El artefacto, accionado por control remoto, estalló cuando la policía llegó al lugar tras ser llamada por los vecinos, preocupados por la presencia de una bolsa de plástico sospechosa contra la pared, dijo por teléfono a la AFP Zeshan Haider, jefe de policía de Mardan.

“Un policía murió y otras ocho personas resultaron heridas, tres policías y cinco civiles”, añadió, asegurando que el objetivo era la escuela.

El establecimiento, para niñas de 5 a 10 años, debía abrir sus puertas una hora después de la explosión. “Hubiera sido un desastre si la escuela hubiera estado abierta, el muro quedó destruido”, dijo Haider.

Los talibanes, cuyos bastiones son las áreas tribales de la frontera noroeste con Afganistán, atacan con frecuencia las escuelas, en particular las de las niñas, las que destruyen en general de noche, cuando están cerradas.