La mujer más rica de Francia, la heredera del emporio de cosméticos L’Oreal, Liliane Bettencourt, tenía 100 millones de euros depositados en una docena de cuentas bancarias en Suiza y Singapur sin declarar al fisco francés, afirmó el lunes una fuente cercana a las investigaciones.

Tercera fortuna de Francia, Bettencourt, de 89 años, y su marido André, fallecido en 2007, tenían 12 cuentas bancarias en Suiza y Singapur en 2010, explicó esa fuente a la AFP, confirmando así informaciones adelantadas por el sitio de información independiente Mediapart.

El escándalo en torno a la multimillonaria francesa salió a la luz en 2010, cuando se conocieron públicamente grabaciones de conversaciones telefónicas de Bettencourt con sus asesores en las que hablaban de evasión fiscal, de la intromisión del Elíseo en el caso judicial y de sus vínculos con el ministro de Presupuesto y luego de Trabajo del presidente francés Nicolas Sarkozy, Eric Woerth, sospechoso de conflicto de intereses y de financiación ilegal.

Inmediatamente, la multimillonaria indicó que regularizaría su situación fiscal en Francia.

El encargado de administrar su fortuna entonces, Patrice de Maistre, reconoció dos cuentas en Suiza no declaradas al fisco francés por 78 millones de euros. Bettencourt también era dueña de una isla en el archipiélago de las Seychelles, tampoco declarada al servicio fiscal francés.

El procedimiento de inspección lanzado para controlar sus haberes permitió evaluar la situación, según el cual las cuentas y los montos depositados en esas cuentas son más importantes de lo anunciado.

Las cuentas estaban en seis bancos: cinco de ellos en Suiza, como el Banco cantonal de Vaud, la Unión de Bancos Suizos, Julius Bar, Hyposwiss y el banco de Ginebra Baring Brothers.

El otro banco es una sucursal del LGT en Singapur.

Los datos bancarios a los que tuvo acceso el fisco francés dan cuenta de transferencias y desaparición de capitales aún sin explicación en los últimos tres años, según Mediapart.

La fuente cercana a las investigaciones confirmó a la AFP ese movimiento de fondos.

El conflicto familiar fue llevado a la justicia en 2007 cuando la única hija de la multimillonaria, Francoise Bettencourt Meyers, acusó al fotógrafo Francois Marie Banier de manipular a su madre, que le hizo donacionaciones por hasta 1.000 millones de euros, entre éstos cuadros de grandes maestros y una isla en las Seychelles.

A mediados de octubre, la justicia francesa decidió colocar a la anciana bajo tutela de su hija y sus dos nietos.