Manifestantes y policías volvieron a enfrentarse el domingo en la emblemática Plaza Tahrir de El Cairo, horas después de la muerte de dos personas en el país en choques con las fuerzas de seguridad, cuando faltan ocho días para las primeras legislativas desde la renuncia del presidente Hosni Mubarak.

Varios cientos de personas ocupaban la plaza al comenzar la jornada, mientras que enfrentamientos esporádicos se producían entre los manifestantes y la policía en los alrededores del ministerio del Interior situado en las inmediaciones, constató una periodista de la AFP.

La policía antimotines disparaba regularmente gases lacrimógenos mientras que decenas de personas levantaban barricadas en los alrededores del edificio ministerial, escenas que recordaban a escala menor, las de la revuelta anti-régimen a comienzos de año.

En hospitales improvisados en las mezquitas en los alrededores de la plaza Tharir, algunos manifestantes eran atendidos intoxicados por el gas lacrimógeno y otros alcanzados por balines o balas de caucho, constató la periodista.

En la plaza, grupos de manifestantes lanzaban consignas hostiles al poder militar, reclamando la caída del mariscal Hussein Tantauí, que encabeza el Consejo supremo de las fuerzas armadas (CSFA) que dirige el país desde que el presidente Mubarak fue expulsado del poder por una revuelta popular en febrero.

“El Consejo de las fuerzas armadas continúa la política de Mubarak, nada ha cambiado después de la revolución”, declaró a la AFP Jaled, de 29 años, al tiempo que instalaba una carpa al centro de la plaza Tahrir.

Numerosas personas enarbolaban granadas lacrimógenas y cartuchos de escopetas, mientras otras barrían la plaza sembrada de restos calcinados.

En la noche, los enfrentamiento provocaron dos muertos, uno en El Cairo y el otro en Alejandría. Unas 750 personas resultaron heridas en la capital, según el ministerio de la Salud, donde los enfrentamientos comenzaron el sábado en la mañana antes de extenderse además de Alejandría, a Asuán (sur) y a Suez, al sur, en las orilla del Mar Rojo.

Estos incidentes reactivaron los temores de que las legislativas que deben comenzar el 28 de noviembre sean postergadas por varios meses.

Uno de los miembros del CSFA, el general Mohsen al-Fangari, aseguró que esas elecciones se llevarían a cabo como previsto y que las autoridades estaban en condiciones de garantizar la seguridad.

Varias personalidades políticas e intelectuales, entre las cuales el ex jefe de la Agencia internacional de la energía atómica (AIEA) Mohamed ElBaradei, publicaron un documento pidiendo un plazo suplementario para esas elecciones, en el marco de la revisión del calendario político del país.

Los firmantes del documento proponen que haya primero una asamblea constituyente, luego presidenciales y por último legislativas.

De su lado, los militares decidieron que la elección presidencial tendrá lugar en una fecha no determinada, al término de este proceso político, y sólo entregarán el poder a los civiles una vez elegido un nuevo jefe del Estado.

El gobierno de transición egipcio anunció el sábado que se reuniría el domingo para examinar los últimos acontecimientos ocurridos en la plaza Tahrir y en otros lugares del país.

“Nos encontramos en un período coyuntural y en vísperas de elecciones legislativas (…) lo que implica apelar a la razón y el hacer pasar el interés del país y de la revolución antes que nada”, declaró el gobierno en un comunicado leído en la noche en la televisión.