El célebre juez español Baltasar Garzón, pendiente de un proceso por haber querido investigar los crímenes amnistiados del franquismo, vio aplazado este viernes hasta enero otro juicio en su contra en un caso de escuchas ilegales por decisión del Tribunal Supremo.

Acusado de haber ordenado escuchas de conversaciones telefónicas entre sospechosos de corrupción y sus abogados, Garzón, de 56 años, había presentado recusaciones contra seis de los sietes magistrados designados para juzgarle en este caso.

La defensa del juez alega que los seis magistrados están “contaminados” por haber participado en la instrucción del caso y pide que sean reemplazados.

Esta recusación, presentada recientemente, impone la “imposibilidad de celebración del jucio oral en la fecha” inicial del 29 de noviembre, afirmó el Tribunal Supremo, que aplazó hasta el 17 de enero del 2012 el inicio del proceso para decidir sobre las recusaciones.

La justicia imputa a Garzón “uso de instrumentos de escucha y grabación en violación de las garantías constitucionales” en la investigación de un escándalo de corrupción conocido como “trama Gürtel”, que a principios de 2009 salpicó al Partido Popular (PP, derecha), gran favorito para las elecciones legislativas del domingo.

De ser declarado culpable, Garzón podría quedar apartado de la judicatura durante varios años, lo que podría suponer el final de su carrera.

Conocido por ser uno de los “jueces estrella” en España debido a su gran mediatización, Garzón está a la espera de otro proceso en el Tribunal Supremo, que le juzgará por “prevaricación” por haber querido investigar sobre los desaparecidos de la Guerra Civil (1936-39) y del franquismo (1939-75) pese a la existencia de una ley de amnistía aprobada tras la muerte del dictador Francisco Franco en 1975.

El magistrado, mundialmente conocido por haber hecho detener en 1998 en Londres al ex dictador chileno Augusto Pinochet, está suspendido desde mayo de 2010 de sus funciones de juez en la Audiencia Nacional.