El presidente estadounidense, Barack Obama, se reunió este sábado con el primer ministro chino, Wen Jiabao, con fondo de rivalidades entre ambos países, que dominan la Cumbre de Asia Oriental (EAS) en la isla indonesia de Bali.

La bilateral, que empezó a las 09:45 horas, terminó al cabo de una hora, comprobó una periodista de la AFP. Nada filtró de la reunión, celebrada en un hotel de lujo de Nusa Dua cerrado a la prensa, en la isla Bali, donde están reunidos 18 jefes de Estado y Gobierno.

Las relaciones entre Washington y Pekín han empeorado desde hace una semana tras recibir con mucha frialdad China el mayor compromiso de Estados Unidos en la región y en particular el anuncio de una mayor presencia militar norteamericana en Australia.

Wen Jiabao también criticó con severidad lo que que tildó de “injerencia” de Estados Unidos en los litigios territoriales entre Pekín y sus vecinos en el mar de China meridional.

“Las fuerzas exteriores no deben utilizar ninguna excusa para injerirse” en el conflicto, dijo Wen el viernes como respuesta directa a Obama. El presidente estadounidense había subrayado poco antes su intención de hacer de la EAS “el espacio privilegiado en el que podamos trabajar juntos sobre un amplio abanico de temas, como la seguridad marítima y la no proliferación” nuclear.

Washington estima que el litigio del mar de China meridional debería ser objeto de discusiones multilaterales, sobre todo en la Cumbre de Asia Oriental, un bloque de 18 países, China entre ellos, que este sábado acogen por primera vez a Estados Unidos.

Vietnam, Filipinas y Taiwán se enfrentan a China por la soberanía de islas del mar de China meridional, rica en hidrocarburos, sobre todo las islas Spratleys, que Pekín considera propias.

El tono agrio de las réplicas entre Pekín y Washington ilustra la competición entre ambos países por el liderazgo en la región Asia-Pacífico.

Después de anunciar un proyecto de librecambio en Asia-Pacífico, Obama anunció esta semana el despliegue de 2.500 soldados en el norte de Australia, a las puertas de Asia.

Al conflicto político se agrega la tradicional querella sobre el yuán, que Estados Unidos estima sobrevalorado. El tema promete en las importantes negociaciones comerciales bilaterales que se abrirán en China a partir del domingo.