La Eurozona aumentó la presión sobre Grecia para que sus dirigentes se comprometan por escrito a ratificar el plan de rescate pactado durante la última cumbre europea de octubre, condición sine qua non para que el país heleno reciba la ayuda pactada.

“El sexto tramo de ayuda a Grecia dependerá de la ratificación (por parte de Atenas) de las medidas decididas el 26 y 27 octobre (durante la cumbre europea) y esperamos una carta del nuevo primer ministro griego (Lucas Papademos) sobre las intenciones exactas de las autoridades” dijo el jefe de fila de la Eurozona Jean-Claude Juncker ante el Parlamento europeo en Estrasburgo.

“Antes de fin de mes encontraremos una solución definitiva a la sexta entrega” de los 8.000 millones de euros de ayuda acordada en mayo de 2010, precisó Juncker.

Atenas ha emprendido una carrera contrarreloj para adoptar las nuevas reformas terriblemente impopulares exigidas por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para desbloquear una nueva inyección de capital que evite la bancarrota a mediados de diciembre.

El gobierno de transición de Lucas Papademos, integrado por socialistas, conservadores y extrema derecha, se someterá a un voto de confianza en el Parlamento este miércoles, y debe convocar elecciones en unos meses.

La economía griega se contrajo 5,2% en el tercer trimestre, lo que demuestra la profundidad de la crisis que debe superar el nuevo gobierno.

En su discurso en el Parlamento el lunes al inicio de tres días de debates de la moción de confianza, Papademos, de 64 años, dijo que las reformas necesarias para mantener a Grecia en el euro solo podrán conseguirse si hay unidad nacional.

Para ello, el parlamento tendrá que ratificar el paquete de rescate acordado el 27 de octubre en la Eurozona, que prevé la quita del 50% de la deuda en manos privadas, a cambio de nuevas medidas de austeridad.

Este miércoles también está previsto el inicio de las negociaciones para el canje de títulos de la deuda griega con una quita del 50%, entre el gobierno griego y los inversores privados en Fráncfort.