La Fuerza Aérea de Estados Unidos comenzó a entregar bombas convencionales de más de 13 toneladas dotadas de un poder de penetración suficiente para destruir instalaciones militares subterráneas, afirmó el martes uno de sus portavoces.

Ocho de estas bombas habían sido encargadas por Boeing el 2 de agosto (a un costo de 32 millones de dólares), una cantidad que corresponde a “las necesidades operativas actuales”, según dijo el teniente coronel Wesley Miller a la AFP.

Bautizada MOP, por “Massive Ordonance Penetrator” (“munición penetrante masiva”), la bomba mide 6 metros y pesa 13,6 toneladas, 2,3 de ellas de explosivos.

Según la agencia del Pentágono encargada de la “reducción de las amenazas”, la bomba fue concebida con el fin de “alcanzar y destruir las armas de destrucción masiva (enemigas) que se hallen enterradas a mucha profundidad”. Irán y Corea del Norte son sospechosos según Estados Unidos de disponer de instalaciones nucleares subterráneas, a resguardo de ataques aéreos.

Lanzada desde un bombardero B-52 o B-2 y guiada hacia su blanco por GPS, la MOP es capaz de penetrar a una veintena de metros de profundidad, antes de explotar.