Un estudio publicado este miércoles resuelve el enigma sobre la formación de una enorme cadena montañosa y un valle de 2.500 kilómetros bajo el hielo en la Antártida.

Una décima parte de la corteza terrestre está cubierta por el casquete polar antártico, una capa de hielo del tamaño de Canadá que sigue siendo uno de los más misteriosos del planeta.

Recientemente, unos geólogos demostraron que lejos de ser plana como Australia (vecina de la Antártida en un lejano pasado), esta parte del mundo estaba cruzada por profundos valles y erizadas de montañas.

La mayor de las cordilleras subglaciares, la cadena de Gamburtsev, es comparable en tamaño y superficie a la de los Alpes, con picachos de 2.700 metros de alto a lo largo de 1.200 km. Una altitud elevada y un relieve escarpado característicos de las montañas “jóvenes”, y a priori incompatible con la historia muy antigua de la formación de la Antártida.

En un estudio publicado el miércoles por la revista británica Nature, científicos de la British Antarctic Survey (BAS) dan la clave sobre un asunto que intrigaba a los expertos desde que una misión científica rusa descubrió la cordillera de Gamburtsev en 1958.

“El sistema del valle en el este de la Antártida se parece a una de las maravillas geológicas del mundo, el gran Rift de África oriental”, destaca Fausto Ferraccioli, que dirigió el estudio.

“Es la pieza que faltaba en el puzzle y que explica la cadena subglacial de Gamburtsev”, asegura.

Esa “pieza que faltaba” está escondida bajo tres kilómetros de hielo0, y data de hace unos mil millones de años.

En esa época, varios continentes o microcontinentes entran en colisión, aplastando y comprimiendo las rocas más antiguas que componen la cadena de Gamburtsev. De ello resulta una corteza terrestre muy espesa, de más de 70 km, que se extiende a una profundidad mayor que esta cordillera. Con el tiempo, estas montañas originales fueron erosionadas por los elementos, pero no su base, muy densa y fría, explica el BAS.

Esto ocurrió hace unos 250 millones de años. Unos 150 millones de años más tarde, nuevos fenómenos despedazan la corteza terrestre y conducen a la formación de una red de valles sobreelevados y encajados, como ocurre en el gran valle del Rift, en África Oriental.

Finalmente, hace entre 34 y 14 millones de años, los ríos y glaciales tallaron las cimas de esos valles, esculpiendo el paisaje espectacular que presenta actualmente la cordillera de Gamburtsev, protegida de la erosión por el hielo.

El análisis previsto de los hielos de la Antártida permitirá además obtener datos muy valiosos sobre los climas y las atmósferas del pasado.