Las autoridades culturales de Cuba pidieron esta semana a los medios que difundan “a muy bajo perfil” un reggaeton de moda entre los adolescentes de la isla, calificado como “horrible” y expresión de “chabacanería” por un responsable del sector musical.

El tema “El Chupi-Chupi”, de Osmani García, uno de los “reggaetoneros” locales más seguidos por los jóvenes, “no está prohibido en ninguna radioemisora, lo que se ha dicho es que su difusión sea a muy bajo perfil”, explicó a la AFP un funcionario de una radio que pidió no revelar su identidad.

“A muy bajo perfil” implica que los medios deben difundirlo “lo menos posible”, explicó.

La canción está nominada a los Premios Lucas, la meca de los videoclips cubanos, y era transmitida diariamente por la televisión hasta que el pasado jueves fue calificada de “horrible” por el presidente del Instituto Cubano de la Música (ICM), Orlando Vistel.

Al intervenir en el programa televisivo Mesa Redonda, en presencia del ministro de Cultura, Abel Prieto, Vistel dijo que “la cultura cubana no tiene nada que ver con la chabacanería” y afirmó que el tema de García logró colarse por “una fisura” del sistema.

“Dame un chupi chupi, que yo lo disfruti/ abre la bocuti, trágatelo tuti/ Dame un chupi chupi, dale ponte cuqui (bonita)/ y apaga la luqui, que se formó el balluqui (orgía)”, dice el estribillo de la canción, que algunos consideran una “vulgaridad”.

Las declaraciones del presidente del ICM avivaron una vieja controversia entre los cubanos que consideran al reggaeton un género obsceno y superficial, y los que les encanta este pegajoso ritmo, en detrimento de otras más tradicionales.

“Nada tengo contra el reggaeton como género (…). Mi oposición y mi disgusto no es por el continente, sino por el contenido (del tema de García). Estoy convencida de que éste no es tiempo de valses, pero ninguno puede ser el tiempo de la vulgaridad”, escribió la periodista Vladia Rubio, en su blog vladia.blogsip.cu.

En Cuba, cuna de la salsa, algunos “reggaetoneros” se quejan de la falta de apoyo a este ritmo, aunque otros temas con letras menos polémicas son difundidos cotidianamente por los medios.